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El ejemplar abrazo de NOAL a Venezuela bolivariana

Si hay un organismo internacional que representa sustantivamente a lo largo de la historia los intereses de los países en vía de desarrollo, progresistas, rebeldes y a la vez propositivos ante el discurso del imperialismo y sus avances injerencistas, ese es el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL).

Es por ello que esta XVII Conferencia que acaba de llevarse a cabo en la República Bolivariana de Venezuela no sólo tiene un carácter estratégico en cuanto a dar respuestas al difícil momento que viven los pueblos del mundo frente al avance de posiciones regresivas sino que también adquiere indudable importancia para el futuro del país anfitrión.

Es la primera vez que Venezuela asume las riendas de esta organización internacional, fundada oficialmente hace 55 años, en 1961, y es integrada por 120 naciones.

Es sabido que el gobierno que preside Nicolás Maduro no sólo ha logrado -en muy poco tiempo- dejar en la cuneta de la historia el afán desestabilizador de quien se autodenomina “secretario general de la OEA”, el uruguayo Luis Almagro, sino que además, con indudable jerarquía diplomática, por obra y gracia de la Canciller Delcy Rodríguez, ha puesto en su lugar a la nueva Triple Alianza integrada por los gobiernos derechistas de Argentina, Brasil y Paraguay (y la actitud cómplice de Uruguay) en lo que hace al Mercosur. Sin embargo, el éxito obtenido por la Revolución Bolivariana en la reunión de No Alineados es un paso fundamental para romper la política de aislamiento que el imperio teje todo los días en base a presiones, políticas de cooptación y guerra sucia muy parecida a las que practicaban las dictaduras militares.

Que 120 países, entre los cuales no sólo hay potencias económicas sino también protagonistas esenciales a la hora de reivindicar la historia de lucha anticolonialista a escala mundial, hayan generado una acción unánime de apoyo al proceso bolivariano y a la vez otorgarle la Presidencia del organismo para el período que ahora se inicia, es algo más que un aval simbólico sino que representa una indudable victoria de la Revolución en momentos en que el asedio imperialista trata por todos los medios de acorralar a la misma.

Una historia de coherencia

Los No Alineados nacidos informalmente allá por 1955 cuando tres hombres fundamentales de la política internacional se ponían de acuerdo para trabajar en aras de la independencia, el anticolonialismo y el antiimperialismo. Los presidente Nehru, de la India, Sukarno de Indonesia y Nasser de Egipto dieron el puntapié inicial en la Cumbre de Bandung, pero tiempo después, en 1961, en la Yugoslavia de otro grande, el Mariscal Tito, el MNOAL adquiriría nombre propio y desde ese momento sería el ámbito más destacado para discutir cuestiones que hacían y hacen a la lucha de los pueblos. A la vez, integraría a los movimientos de liberación que por ese entonces surgían como respuesta a las injusticias y atropellos.

Cuba, obviamente, sería uno de los puntales latinoamericanos que le daría calor a este emprendimiento de coordinación internacional.

A partir de esa primera Cumbre donde sólo se integraban 14 países vinieron otras que sirvieron para abrir los ojos a quienes desde sus gobiernos siempre habían transitado el camino de lo que se sugería desde Washington. Es así que la lista de naciones adherentes comenzó a aumentar hasta llegar al presente a 120 y mostrar de esta manera un frente sólido de resistencia al discurso imperial norteamericano, a sus aliados europeos en la OTAN y también enfrentar otras colaterales del mismo mal, como es el sionismo.

Quienes hoy recogen el legado de aquellos precursores no ignoran que lo hacen en un momento muy delicado de la escena mundial. Por un lado porque Estados Unidos y la OTAN siguen desarrollando aventuras guerreristas en varias regiones, siendo la de Medio Oriente una de las que más ha sufrido en las últimas décadas este tipo de maniobras. Allí está el caso de Palestina, invadida y martirizada por Israel y el sionismo que representa, a pesar de que la resistencia del heroico pueblo de Cisjordania y Gaza no se amedrenta y siguen levantando las banderas de la independencia. O la crueldad con que la OTAN y sus mercenarios (disfrazados de “rebeldes”) han arrasado Iraq y Libia, intentan hacer lo mismo en Afganistán y Siria, y por elevación apuntan a lo que para ellos significa la perla de la corona de su accionar belicista: desestabilizar a la orgullosa y sólida Revolución iraní.

En el caso de Nuestra América, tras la muerte (o asesinato) del Comandante Hugo Chávez Frías, el imperio apuró su estrategia intervencionista por todas las vías posibles, puso en marcha nuevamente a la IV Flota, abrió más bases militares con la excusa de brindar asistencia humanitaria o combatir al narcotráfico que ellos mismos motorizan, y avasalló a naciones desde el punto de vista económico.

La Alianza del Pacífico es un ejemplo de ello, después de la derrota del ALCA en 2005, y por otro lado, no les tiembla la mano para gestar golpes de Estado, “blandos”, palaciegos, parlamentarios u otras variantes parecidas, y de esta manera quitarse de encima a gobiernos que sin ser revolucionarios, sí molestaban o generaban escollos a la ambición imperial-capitalista de quedarse con todo. Léase: riquezas naturales, servicios esenciales de cada país, y hasta grandes masas territoriales donde el agua, el petróleo, el gas o cualquier fuente de energía soberana entraran en la lista de futuros expolios.

Voces al margen de los imperios

De la política agresora imperial y de las formas fundamentales de autodefensa que tienen los pueblos se habló en esta XVII Cumbre de Isla Margarita, donde el discurso de Nicolás Maduro, quien fue ungido por su par iraní Hasán Rouhaní como el nuevo presidente del MNOAL, apuntó a convertirlo en una organización para atender el nuevo orden económico internacional, aprobado en la ONU. Pero también destacó que en los tiempos que corren, esa necesidad hay que complementarla con edificar una trinchera vigorosa contra el colonialismo, la guerra y el saqueo económico.

Sobre este último aspecto también insistió el presidente de Ecuador Rafael Correa, quien puso como ejemplo la rapiña llevada a cabo por los llamados “fondos buitre”, que tanto se ensañaran con Argentina, y el accionar criminal de las multinacionales, como es el caso de Chevrón y también el de la Barrick Gold o Monsanto, auténticos acorazados de la contaminación y envenenamiento de tierras, personas y alimentos.

Fue un auténtico lujo escuchar en esta Cumbre la voces de quienes para Estados Unidos representan el “eje del mal” y en realidad significan la estructura fundamental de la resistencia y defensa de los pueblos en vías de desarrollo. Así, brillaron los nuestroamericanos alineados en la ALBA, como es el caso de la voz autorizada de Raúl Castro, revolucionario consecuente, digno y solidario con Venezuela, con Dilma en Brasil, con Puerto Rico y con la Palestina ocupada. O Evo Morales, quien volvió a dictar cátedra de anticapitalismo y decolonialización, poniendo como ejemplo que antes de su gobierno la renta petrolera dejaba un margen de sólo 300 millones de dólares y ahora, con la instauración del Estado Plurinacional boliviano esa cifra ha trepado a 5.000 millones de dólares. Evo demostraba así que de nada sirve coquetear con el capitalismo sino que hay que enfrentarlo en todos los terrenos, restándole beneficios por un lado, y expulsando a sus agentes de la DEA o la USAID por el otro.

Por su parte, el mandatario iraní Rouhani, destacó que no por casualidad la Cumbre se desarrolla en un momento en el que la paz en todas sus dimensiones en el mundo entero está en riesgo y amenaza, y en ese aspecto destacó que su país desde mucho tiempo ha denunciado al sionismo desde siempre y a los criminales grupos terroristas en Siria y todo Medio Oriente, así como a los países que los financian y suministran armamento.

Otra presencia emblemática a la hora de hablar de antiimperialismo, fue la del viceprimer ministro de Vietnam, Vu Van Ninh, quien trajo el respaldo de su país, uno de los pocos en el mundo que tiene el mérito de haber derrotado militarmente el inmenso poder bélico estadounidense, a la lucha del pueblo venezolano y su gobierno por mantener su independencia y soberanía.

Si faltaba algún elemento para poner a los mandamases de Washington al borde del ataque de nervios, esa instancia la cubrió la delegación la República Popular de Corea, quien a través de su canciller Ri Yong-ho, manifestó que su país está listo para un contraataque ante las provocaciones de EE.UU.

Utilizando el ámbito del MNOAL, uno de los pocos donde Corea del Norte puede expresarse a nivel mundial sin ser estigmatizada, Ri defendió la política nuclear que la Nación lleva adelante y consideró los últimos ensayos como parte de una política de “legítima” defensa, manifestando que los ejercicios militares norteamericanos (en Corea del Sur) han llevado a que la Península de Corea esté en “peligro y fuera de control”. “De esta manera, dijo. nuestro armamento nuclear no está en contradicción con la posición del NOAL, que es antinuclear y antiproliferación”.

Ahora, con más fuerza

Es significativo que esta exitosa Cumbre se haya producido en un momento en que Venezuela Bolivariana comienza a ver los frutos de su firme contraofensiva contra las maniobras desestabilizadoras de la oposición local, y que quedó graficado en esa marcha y acto multitudinario del 1 de septiembre, cuando el chavismo de a pie, los hombres y mujeres a los que la Revolución emponderó como nunca antes nadie había hecho, desbordaron las calles y lograron de esa manera (como en 2002) frenar el golpe gestado en las usinas del MUD y Voluntad Popular. También, queda claro que lentamente la economía venezolana empieza a ver la luz al final del túnel y amaga con una paulatina recuperación para el último trimestre del año.

Todo ello sumado a que las patrañas del terrorismo mediático internacional y las maniobras “diplomáticas” pro norteamericanas no dan el resultado que sus inspiradores imaginaban en la población, hace que el respaldo contundente del MNOAL a Venezuela y a todos los que enfrentan de una forma u otra al Imperio, sirvan como acicate para seguir profundizando el avance contra el unilateralismo y generar una coalición sólida de países que aspiran a ser más libres, más sanos medioambientalmente y necesariamente fortificados ideológicamente para romper los lazos de sometimiento a cualquier imperio. Eso es a lo que aspiraban los fundadores como Nasser, Tito y Fidel, y a lo que apostaron con pasión sus herederos latinoamericanos representados por Hugo Chávez y los forjadores del ALBA.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba