ENTREVISTA

Soy una mujer que prefiere la verdad

Por Liset Prego

De Puerto Padre a Holguín, con escala en Santiago de Cuba, de Holguín a La Habana, de las páginas impresas a la memoria. Liudmila Peña, una periodista multipremiada, que se atreve a hacer radio, televisión, a moverse en las redes como nativa digital y a escribir con transparencia.

La que fue profe en la Universidad de Holguín, la misma que trabaja en el periódico Juventud Rebelde. Egresada del centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso. Máster en Ciencias y amiga de lealtad profunda, esposa a prueba de coberturas ciclónicas, hija amantísima y Mamá de Alex , acepta el diálogo.

¿Fue siempre el Periodismo tu vocación?

“No puedo decirte que soñaba con ser periodista desde que era niña porque te estaría mintiendo. Durante mi infancia con lo que más me sentí identificada era con el magisterio, como muchas niñas de nuestra generación y en la primaria llegué a soñar con ser una gran ajedrecista, pero los años fueron pasando y casi al terminar el sexto grado percibí de que mis habilidades tampoco eran como para eso.

“Luego comenzó la etapa de la secundaria. Ahí los sueños se transformaron un poco. Recuerdo a un profesor muy querido de Geografía que teníamos, y creo que movilizó mi sentimiento e interés hacia el medioambiente. En aquella etapa decía que quería estudiar algo relacionado con el medioambiente. Y creo que si hubiera seguido esa línea hoy sería bióloga, licenciada en Geografía, geóloga, y me sentiría feliz porque son profesiones muy bonitas, pero también en esa etapa tuve la suerte de ser alumna de una profesora maravillosa de Español-Literatura quien resultó la persona que fue definiendo lo que yo quería ser.

“Ella me mostró un lado de la Literatura que hasta ese momento yo no conocía. Se encargó no solo de impartir muy bien los contenidos de ese grado, sino que nos vinculó a un taller literario con los grandes escritores del municipio. Ahí comencé a escribir. Me di de cuenta de esa pasión por las letras que hasta ese momento no había descubierto, pero lo agradezco muchísimo porque además de leer vorazmente, también me despertó ese amor que hasta hoy siento, aunque no tenía nada que ver con el periodismo. Y yo era una muchacha super tímida y ahí comencé a desprenderme de mi timidez, y a hacer narración oral.

“Creo que comencé a querer ser periodista desde la secundaria, desde entonces quise escribir y eso dura hasta hoy”.

¿Es muy difícil en esta profesión ser una mujer de criterios sólidos y defenderlos?

“Soy una mujer que prefiere siempre la verdad y me gusta defender lo que pienso. El periodismo no es una profesión en la que sea complicado ser mujer y tener pensamientos diferentes a los de otros, o posturas complicadas y no poder expresarlos. Pero hay que encontrar la mejor manera para ello y que por eso sean respetados.

“Creo sobre todo en la sinceridad de la persona y en el respeto a las diferencias. No creo que por ser mujer u hombre los criterios sean diferentes. Sí creo que hay diferencias marcadas que no las ponemos los y las periodistas, sino, a veces, las direcciones que se asustan un poco o tienen determinados tabúes con las mujeres periodistas sobre todo cuando son muy jóvenes y tienen hijos o cuando son muy adultas y tienen a su cargo, digamos, padres muy viejitos, pero cada profesional es diferente, y si yo tuviera en mis manos el poder de decisión nunca me haría preconceptos sobre las personas por esos otros deberes que tienen”.

¿La maternidad cambió tu forma de hacer Periodismo?

“La maternidad me cambió a mí. Desde que Alex nació, aunque por fuera seguí siendo muy parecida, con unas libras de más, por dentro, lo que las personas no podían ver y lo que yo misma no sospechaba es que había madurado muchísimo.

“Es un proceso inexplicable que no solamente tienen que ver con el periodismo. Pero también con la profesión porque a mis 28 años tenía varios años de experiencia con mucho que aprender, sin embargo, me asumía con mucha madurez a la hora de enfrentar la vida y los temas. Además de que, como saben todas las madres trabajadoras, cuando una tiene esta responsabilidad los procesos tienen que agilizarse más, eso demandaba de mi mayor concentración, hacer las cosas lo mejor posible y rápido.

Tenía tres trabajos que luego dejé de hacer por la licencia de maternidad y pensé que nunca lo iba a poder retomar. Cuando Alex nació me sentía como una recién graduada, como si hubiera olvidado todo lo que había aprendido en la universidad y en los años de trabajo, pero poco a poco todo ese ritmo se fue transformando y creo que ha sido enriquecedor, de hecho, muchas de las crónicas que nacieron durante mi embarazo se las debo a él y muchas de las que he escrito luego también. La mirada tiene que cambiar, los años, la experiencia de vida, no solamente la maternidad, van transformando al periodista, inevitablemente”.

El sueño de escribir ficción, y proyectos en esa dirección que la desvelan, la búsqueda del tiempo de calidad con su familia, la felicidad como meta más clara son el horizonte hacia el que camina incansable Liudmila, mientras nos permite descubrirla entre sus textos.

(Tomado de !Ahora!)

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