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Reportando el deshielo: ¿comienza una extraña costumbre?

Reporteros en el Hotel Nacional durante la conferencia de prensa (Foto: Ismael Francisco/Cubadebate)
Reporteros en el Hotel Nacional durante la conferencia de prensa (Foto: Ismael Francisco/Cubadebate)

“Mi patria es mi lengua”, decía Goethe y resulta extraño participar en Cuba, a metros del Malecón habanero y en territorio netamente cubano, a la conferencia de prensa de una autoridad extranjera que le habla a los medios -lo que supone comunicarse con aquellos a quienes estos representan- exclusivamente en un idioma ajeno al del país. Sin traducción oficial.

Ser descortés quizás no fue la intención del Gobernador de Missouri, Jeremiah (Jay) Nixon, pero algo así no debió ocurrir, independientemente de que los periodistas convocados podemos lidiar con el idioma del visitante. No es la primera vez que ocurre. En la rueda de prensa reciente de varios alcaldes estadounidenses, también se habló solo en inglés sin traductor. ¿Comenzará a ser costumbre? ¿Escucharemos a funcionarios franceses, portugueses, rusos, haitianos y flamencos solo en sus respectivas lenguas durante actividades públicas en nuestras tierras?

Una situación inversa habría sido un escándalo en Estados Unidos. No imagino a un líder cubano, cualquiera sea su rango, en visita oficial y convocando a una conferencia de prensa en Washington, en la que se hable exclusivamente en nuestro idioma a los periodistas locales, a pesar de que allí la población latinoamericana, en particular la salvadoreña, es abrumadora y el español es la lengua franca de los pobres. Habría tenido la disculpa de que el castellano fue, después de todo, el primer idioma europeo en escucharse en estos territorios de América, de Alaska a la Patagonia. Pero no se habría librado de la furia periodística. Y tiene cierta lógica. Hay protocolos para estos casos que deberían seguir existiendo.

Me perdonan mis lectores si empiezo por aquí una nota que debió ser la reseña de un encuentro, ya casi habitual, de las autoridades estadounidenses con la prensa en La Habana. La de Nixon, además, fue una presentación afectuosa, en la que reconoció, varias veces, la hospitalidad de las autoridades cubanas y tuvo palabras de admiración para el puerto del Mariel, que visitó la víspera, un detalle mayor en alguien que convive con ríos como el Missisippi y el Missouri, uno los sistemas fluviales más largos del planeta. Por cierto, escuchándolo recordé a un escritor leído y releído por los cubanos. El autor de Tom Sawyer y Huckleberry Finn se llamaba en realidad Samuel Langhorne Clemens y utilizó Mark Twain como seudónimo porque en la zona del Mississippi significa “dos brazas de profundidad”, el calado mínimo necesario para la navegación en ese río que tantas veces recorrió cuando era piloto de un vapor.

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El gobernador de Missouri, Jay Nixon, en conferencia de prensa (Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate)

¿Qué más dijo el Gobernador demócrata? Que desea que Cuba salga adelante en la agricultura y que cuente para ello con la colaboración de su Estado: “La tecnología que tenemos y la experiencia de los productores de nuestro sector agrícola pueden marcar la diferencia”. Missouri, “líder mundial en la producción de soja y uno de los principales productores de maíz y arroz”, podría dotar al mercado cubano de los alimentos que necesita a precios competitivos. Podríamos ser un “buen socio comercial para Cuba”, añadió.

Pero ante una pregunta del jefe de la página internacional de Granma, Sergio Alejandro Gómez, reconoció que el bloqueo es “una dificultad para entablar relaciones económicas sólidas” y, por tanto, las empresas de Missouri deberán esperar, para tener vínculos comerciales normales con la Isla, por el levantamiento de estas barreras mantenidas inamovibles hasta ahora por el Congreso.

“El embargo es un reto a corto plazo, pero si lo ponemos en contexto dentro de todo lo sucedido en los últimos dos años, los progresos son significativos”, añadió. “Yo tengo la confianza de que eso va a ocurrir”, y cifró sus esperanzas en las medidas del Ejecutivo estadounidense, cuatro paquetes desde enero de 2015, que intentan aliviar la situación. En vistas de que el bloqueo sigue más o menos incólume y Cuba no puede usar el dólar en sus transacciones internacionales, las autoridades de la Isla repiten una y otra vez que estas medidas “son positivas, pero insuficientes”.

El Gobernador dijo que su obligación es corresponder los intereses de sus ciudadanos, que quieren “comerciar, viajar y conocer más sobre el pueblo y la economía de Cuba”. Es algo “muy positivo dentro del cambio radical ocurrido en los últimos 18 meses en comparación con la situación de los cincuenta años precedentes”, refiriéndose a lo ocurrido entre los dos países tras el anuncio, el 17 de diciembre de 2014, de la apertura del proceso para la normalización de las relaciones.

Unas relaciones que, seguramente, seguirán fluyendo tanto en inglés como en español.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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