Encuentro en Casa de la Prensa de Artemisa
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Artemisa, de la Casa de la Prensa al monumento

Porque los reporteros podemos elevar cualquier diálogo a la categoría de entrevista, a nadie le asombró que, en una visita de intercambio informal con los trabajadores de Radio Artemisa, el presidente nacional de la Upec, Ricardo Ronquillo Bello, fuera rápidamente «secuestrado» para hablarle en vivo al pueblo en la revista «Con sabor a verano». Tampoco fue sorpresa que, inspirado en las intensas historias del gremio, después parecía no querer salir de semejante «encrucijada» en la cabina.

De ese modo, Ronquillo habló a los hijos de la provincia sobre los temas, calientes aún, discutidos en el VIII Pleno del Comité Nacional, varios de cuyos miembros, junto con presidentes de la Upec de unas cuantas provincias, le acompañaron en el recorrido por la llamada Villa Roja de Cuba.

Entrevista a Ronquillo
El presidente de la Upec fue entrevistado en vivo.

«Mientras más caminamos por el país y vemos cómo trabaja nuestra gente, más repetimos que (también) los periodistas cubanos merecen un monumento», le había dicho a la familia radial en el lobby de la emisora.

Estos artemiseños debían ir buscando su bronce: Isnaíl Albiza Borrego, el director de la emisora provincial, habló de los problemas de infraestructura, de hacinamiento en el trabajo y otros obstáculos diarios, pero su voz salió más limpia cuando contó que, a base de «enamorar» muchachos, pasaron de no tener periodistas graduados de academia a recibir, entre otros, a Laura María Ortega, la joven que en su primer año de adiestramiento acaba de ganar el Concurso Nacional «26 de Julio» con un documental sobre el cafetal Angerona que en seguida sensibilizó a las autoridades locales sobre la urgencia de su rescate.

Evidentemente, Laurita está conectada con la idea de la Upec de que el proceso en torno al experimento de nueva gestión de los medios y las discusiones por una Ley de Comunicación apuntan a la eficacia de la comunicación en sintonía con las necesidades de la gente. Dicho en palabras del presidente nacional, debemos tener un sistema de comunicación pública que clarifique la información incluso (o sobre todo) en los escenarios más complejos.

En la Casa de la Prensa más nueva de todo el país, la primera secretaria del Partido en la provincia, Gladys Martínez Verdecia, integrante además del Buró Político, contagió a los visitantes con la satisfacción del involucrado: «¡Ya la tenemos!», dijo sobre un inmueble que tomó tiempo y esfuerzo de las autoridades artemiseñas y de la Upec, tanto allí como en la presidencia nacional.

Casa de la Prensa de Artemisa
Los visitantes, en la nueva Casa de la Prensa.

Hecho el retrato territorial de rigor, Martínez Verdecia explicó un mapa más novedoso: grupos de WhatsApp integrados por los directivos de la Organización Básica Eléctrica, jefes de los medios de prensa, cuadros de Partido y de Gobierno y líderes de los consejos populares para actualizar al pueblo sobre la contingencia energética. «Lo primero es explicarles a las personas. Cuando se tiene información, se puede ser muy útil», afirmó.

Semejante transparencia anima el esfuerzo de los trabajadores del telecentro provincial (ArTv), que sostienen sus 17 programas de parrilla en hora y media de trasmisión, de lunes a viernes, en condiciones claramente heroicas, muy bien explicadas por la directora, Yarima Córdova Escobar.

Ronquillo en Casa de la Prensa de Artemisa
En el telecentro provincial ArTv.

Construcción, ruidos externos, técnica obsoleta, espacios muy pequeños y carencia de transporte son algunos de los molinos que enfrentan con determinación quijotesca para lograr —como lo hacen— que el televidente solo vea en casa un reporte y un programa con veracidad y altura.

De El Artemiseño, el periódico provincial, podría decirse que es todo síntesis en sus espacios, pero su directora Yudaisy Moreno Benítez parece más concentrada en guiar los desvelos de sus 30 trabajadores, incluidos ocho periodistas.

La crónica interna de El Artemiseño está igualmente marcada por el sino de una provincia que no cesa de nacer: construcción y/o adaptación de locales, de manera que lo que fue un salón de belleza y un atelier, ahora sea el órgano de noticias. ¡Ah, si pudieran crecer un poco…!

Casa de la Prensa de Artemisa
Diálogo en la emisora Radio Artemisa.

Pero la prensa ya es grande en Artemisa. Antes de llevar a los visitantes a la parada final en la nueva Casa de los periodistas, Odalis Acosta Góngora, la presidenta provincial de la Upec, parecía en la guagua una guía —ideológica más que turística— contando con orgullo la grandeza que atesora el Mausoleo a los asaltantes al Moncada, uno de los últimos sitios que visitó Fidel, el mismo guía que mucho antes, casi al término de su Caravana de la Victoria, dijo a los artemiseños, cara a cara, en el parque Libertad, lo revolucionarios que eran.

Probablemente, alguno de esos héroes o mártires fue familiar o amigo de los abuelos de estos jóvenes periodistas que ahora asaltan cuarteles mediáticos. Todos lo escuchamos: recién acabada la Casa de la Prensa en la Villa Roja, Ricardo Ronquillo insiste en su idea de un monumento a los periodistas cubanos… ¿en Artemisa, dónde ponerlo, presidente?

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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