Diálogo sobre el Código de las Familias
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El amor y el interés fueron… al Código un día

La propia polémica que ha generado denota su importancia, respondió sobre la pertinencia de un nuevo Código de las familias la Doctora en Ciencias Jurídicas Joanna Pereira Pérez, vicedecana docente de la facultad de Derecho de la Universidad de La Habana (UH), quien fue la invitada este martes del espacio de videoconferencias De ley, conducido en la sede de la Upec por la periodista Alejandra García Elizalde.

La también profesora auxiliar de Derecho civil y Derecho sucesiones en la U.H. destacó que a partir de Constitución de 2019 se ha verificado en Cuba un proceso vertiginoso de reforma legislativa que ha irradiado ordenamiento jurídico en diversos escenarios como pequeñas y medianas empresas, procedimientos en los tribunales… pero acota que nada ha sido tan debatido como el proyecto de nuevo Código de las familias.

La conversación fue transmitida en vivo a través de los canales de Cubaperiodistas en Facebook y en YouTube. Foto: Stephania Núñez/Cubaperiodistas.

«Nacemos en familia, vivimos en familia, de muchas maneras. Fallecemos en familia. Nos atañe a todos. Podemos vivir sin tener contacto con otros temas, pero la familia siempre nos toca», explicó la académica, quien apuntó que la sociedad ha evolucionado: «El Código actual data de 1975 y las familias de aquella década no es la de ahora», afirmó.

La especialista comentó que crecieron los tipos de familia, avanzó la tecnología e impactaron fenómenos como la migración, todo lo cual acentúa la necesidad de amparo legal a toda esa diversidad.

Ante la pregunta sobre la importancia de la consulta popular, que se extenderá hasta el 30 de abril, la invitada recordó que las personas suelen ver participación política y democracia solo en el acto de votar o elegir un cargo, pero la Ley electoral cubana es más rica y contempla otras formas de participación. «A todos los seres humanos nos importa el tema de las familias, y eso avala su importancia de consulta», puntualizó.

Joanna Pereira es también vicedecana docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana y profesora auxiliar de las asignaturas Derecho Civil Parte General y Derecho Sucesiones. Foto: Stephania Núñez/Cubaperiodistas.

Nos hemos nutrido mucho de las opiniones de las personas; no es lo mismo el grupo que redactó el proyecto, las personas y organismos especializados, la Asamblea Nacional… que este paso. Es importante la visión de millones, no solo para hacer cambios sino para pensar esas normas cuando vayan a la práctica, argumentó la experta.

Para Pereira Pérez, consultar al pueblo es también una manera de que se conozca el Código antes de que sea aprobado: «Sería tiempo ganado en cultura jurídica de la población. Sale del órgano legislativo, trasciende al pueblo y nutre la efectividad del proyecto», comentó antes de relatar un detalle elocuente: hay personas que han llegado a la notaría pidiendo cosas que hasta ahora solo están en el proyecto. Se anticipan a estos derechos.

La jurista detalló igualmente el largo proceso de preparación, que incluso bajo el confinamiento ante la pandemia permitió sacar a la luz las primeras versiones. La primera en hacerse pública, por cierto, fue la ¡número 22!, rigor que evidencia la minuciosidad de la comisión redactora.

¿Por qué el «Código de los afectos?», preguntó Alejandra García Elizalde.

Cuando se habla de lo jurídico se piensa en conflictos, pero nuestra comisión echó una mirada múltiple a las mejores instituciones y normas del mundo y declaró, desde sus primeros artículos, la potenciación de afectos, respondió la abogada.

«Si no se crean instituciones que afiancen los afectos, el Código sería letra muerta. Ya no se piensa solo en la familia nuclear, sino en los afectos más allá de ella. Tiene en cuenta incluso a los cuidadores. A menudo los juristas decimos que al legislador de 1975 “se le olvidó el amor”, pero ahora sí se pone el amor en la mesa, junto con todos los afectos».

La vicedecana docente admitió que los asuntos de maternidad, paternidad y pluradidad son de lo más debatido en tanto implican las mayores preocupaciones de las personas, en particular la responsabilidad parental y los derechos y deberes de los padres con hijos e hijos con padres.

«Donde reconoces un deber hay alguien que, frente a él,  tiene un derecho que debe ser respetado. Es la relación de deberes y derechos: te doy más responsabilidad porque quieres hacer más cosas», ejemplificó. La académica remarcó que el proyecto no quita ninguno de los derechos vigentes; por el contrario, aumenta y adiciona otros.

Ello se manifiesta en la responsabilidad parental, que asegura que todos los deberes para con los hijos se traduzcan en derechos como padres, y en el sustento de la autonomía progresiva: no se pide lo mismo a un niño de tres que a uno de 15, pero sí se establecen las distinciones requeridas, de manera que los padres no pierden su capacidad de decidir, en cambio el crecimiento de los hijos provee a estos de derechos.

La periodista Alejandra García conduce el espacio de videoconferencias “De ley”. Foto: Stephania Núñez/ Cubaperiodistas

La periodista indagó acerca de un tema ardiente: la pluralidad familiar.

«El proyecto —respondió la invitada— contempla diversos tipos de familia, tanto la tradicional que ha llegado hasta aquí como otras: padres con hijos solos, madres con hijos solos, papá y mamá, papá y papá, mamá y mamá, abuelos con nietos… El Código da espacio a todos, sin negar tradicional».

¿Qué de novedoso se proyecta en la garantía de derechos para  mujeres y niñas?

La invitada de De ley resaltó la vocación de no discriminar, por cuanto se aseguran los derechos de mujeres y niñas lo mismo que los de hombres y niños, independientemente de cómo sientan se reconozcan en su sexualidad. «Más que en hombre o mujer, prefiero pensar en persona», afirmó.

El proyecto reconoce, dijo, a niños, niñas y adolescentes la autonomía progresiva, para que sean escuchados, y les protege contra la violencia familiar. Además, la vicedecana se detuvo en un detalle muy interesante: se contempla una novedosa protección en el entorno digital, ámbito sobre el cual orienta a la familia, más que enfocarse en prohibir cosas, considerando la interacción temprana en las redes sociales.

La especialista se detuvo en la defensa prevista de los adultos mayores, en las instituciones que transversalizan este Código, en otros artículos y hasta en el Código civil.

«Hay dos visiones: del adulto mayor como persona y del adulto mayor como abuelo. Los abuelos tendrán derecho a comunicación con los nietos, al cuidado temporal, especialmente cuando los padres se ausentan por cuestiones laborales o migratorias —bajo autorización del Tribunal y revisión al paso del tiempo— y podrán oponerse a la adopción cuando fallezcan los padres», ejemplificó.

Para blindar la protección a los abuelos, el Código establece que el hijo que niegue al padre el contacto con sus nietos, no lo podrá heredar. De igual modo, se reconoce el desarrollo libre de la personalidad de las personas mayores —casarse, tener otra pareja, decidir dónde vivir o con cuál de los hijos, disponer de  un entorno accesible con servicios, productos, comunicación…— y autorregulación de su condición futura.

Poner en práctica todo ello, admitió la abogada, será un reto para los juristas y la sociedad en pleno.

Alejandra García preguntó por los cambios previstos en torno a los cuidadores, un trabajo de protección doméstica reconocido en el proyecto y que adquirirá valor incluso en la liquidación de la comunidad matrimonial de bienes.

El Código introduce el contrato de alimentos o alimentos voluntarios, un contrato de un bien, a cambio del cuidado establecido, lo que redundará en la protección mutua. Ahora se introduce que la persona a cuidar podrá poner condiciones para que la hereden luego de haberle prodigado el cuidado requerido. «El hijo que cuidó —puso la Doctora otro ejemplo elocuente— tendrá el doble de derechos que el que no cuidó».

La periodista anfitriona de De ley no pudo sustraerse a las campañas, incluso internacionales, contra el matrimonio igualitario en Cuba y preguntó a la invitada por qué defenderlo, contra ciertos grupos que lo adversan.

«En cada persona que lo defienda —respondió Pereira Pérez— hay una razón. Ya es una realidad en Cuba: las personas hacen pareja y quieren acceder al matrimonio, en lo personal, síquico, simbólico y hasta en lo concerniente a la protección patrimonial. Lo esencial es el reconocimiento de derechos de las personas. Se trata de sumar derechos a otros sin quitarles a quienes ya los tienen».

Finalmente, Alejandra García hizo la pregunta definitoria sobre el paso de proyecto a nuevo Código de las familias: ¿Qué camino queda para su entrada en vigor?

«Queda un largo camino, no tanto en el tiempo, como en sortear procesos. Luego de consulta, se debatirá de nuevo en la Asamblea Nacional y, una vez aprobado allí, irá a referendo popular.

«Por supuesto, vamos a pensar que se aprueba. Luego de aprobado, se daría otro margen de tiempo para que entre en vigor con divulgación, capacitación… para atemperar a la población a las nuevas normas. No se puede vaticinar cuándo será exactamente.

«Pienso que será apoyado. Si bien hay personas que discrepan con alguna institución, no veo que estén negando el Código. En mayoría se sienten reflejados en las posibilidades que anuncia», concluyó, optimista como muchos cubanos, la Doctora Joanna Pereira Pérez.

En próximos días, publicaremos la transcripción íntegra de la videoconferencia

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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