DIÁLOGOS EN REVERSO OTRAS NOTICIAS

Un periodismo serio tiene que ir a la raíz de los grandes problemas sociales

Transcripción de la entrevista a José Manzaneda, periodista y cineasta vasco, en el espacio Diálogos en reverso de la Unión de Periodistas de Cuba, realizada el 26 de enero de 2022 en torno a su documental El segundo desembarco. Multinacionales españolas en América Latina.

Octavio Fraga: Hola, bienvenidos a otra edición de Diálogos en reverso, un espacio de la Unión de Periodistas de cuba. Como habíamos anunciado previamente tenemos a otro gran invitado esta semana, José Manzaneda, periodista y cineasta vasco. Bienvenido José, buenas tardes desde La Habana, Cuba.

José Manzaneda: Un honor estar con todos vosotros y vosotras, con la gente de Cuba, con la buena gente.

Octavio Fraga: El Diálogos de hoy es un mestizaje entre el título del documental, y a la vez el tema. Vamos a platicar sobre un documental que realizó Manzaneda en el año 2010, que mantiene total vigencia. Se titula El segundo desembarco: Multinacionales españolas en América Latina.

Se impone presentar —más al detalle— a Manzaneda. Además de periodista y realizador audiovisual, es coordinador de Cubainformación, una web que apuesta por la defensa de la Revolución cubana, bien conocida entre nosotros en la isla. Por supuesto, les estamos muy agradecidos por su permanente labor en defensa de nuestro proyecto social y político. Nuestro invitado es autor del libro Cuba, verdades y mentiras, del que ya circula una segunda edición. Es autor de decenas de guiones acerca del tratamiento informativo sobre Cuba. Y, además, colabora como analista internacional en los informativos de los canales televisivos internacionales Russia Today e Hispan TV. Como realizador y guionista cuenta además con un sustantivo currículo enfocado en el campo de la sensibilización y la educación para el desarrollo materializado en organizaciones como Paz con Dignidad, Reas, Unicef, Ekologistak Martxan o Alboan. En su abultada labor como creativo audiovisual se incluyen series educativas sobre cooperación, voluntariado, derechos humanos y medios de comunicación.

José Manzaneda: Muchas gracias, Octavio.

Octavio Fraga: ¿Qué te inspiró hacer esta pieza cinematográfica?

José Manzaneda: El segundo desembarco. Multinacionales españolas en América Latina, realmente fue un encargo de la Organización Paz con Dignidad. Es una ONG de izquierda española que tiene un lugar, un proyecto —de muchos años— que se llama OMAL, es el Observatorio de Multinacionales en América Latina. Se dedica, básicamente, a monitorear los impactos que tienen en la economía, en la soberanía, en el medio ambiente, en la salud de los pueblos de América Latina, la presencia de multinacionales no solamente españolas, también las canadienses, las estadounidenses, las inglesas, las de otras naciones.

En aquel momento, Paz con Dignidad habló conmigo, pues llevo muchos años haciendo documentales de temáticas sociales y políticas, y realmente yo también tenía muchas ganas de abordar el asunto de los impactos de las multinacionales tras un proceso de neoliberalismo intenso, puro —o casi puro— en América Latina en los años noventa, y transmitirlo de la manera más sencilla y pedagógica posible. Para que este documental fuera una especie de herramienta educativa y utilizarlo en proyecciones de pequeño formato, en las escuelas, en los festivales y en las salas cines.

El documental trata de reflejar qué produce en las sociedades latinoamericanas la presencia de multinacionales, sus efectos negativos. Una inversión extranjera sin respeto a la soberanía de los pueblos y de los países y sus consecuencias. Porque la inversión extranjera no tiene por qué ser mala, al contrario, yo diría que es muy necesaria para los países del sur global, como es el caso de Cuba, por ejemplo, que está tratando de acercar la inversión porque es una forma de sobrevivir su economía, de tener un poco de motor. Pero no es lo mismo hacerlo de una manera neoliberal, abriendo las puertas de tu casa para que hagan lo que quieran, que hacerlo con las normas soberanas de un país —como es el caso de Cuba—. Esto, por supuesto, tiene una gran complejidad y no lo voy a resolver en un análisis sencillo y corto, pero, de alguna manera lo que tratamos era de mostrar ese contraste, entre una vía abierta libre al mercado, y las posibilidades de ponerle ciertas cortapisas soberanas a ese capital.

Octavio Fraga: Para la realización del documental apelas, como recursos cinematográficos distintivos —en primer lugar— al testimonio. Muchos e importantes testimonios de mucha gente que le da riqueza al filme. En segundo lugar, te apropias de materiales de archivo y elementos simbólicos asociados a las multinacionales. No menos importante resulta la ficcionalización como herramienta para distinguir el tema de la desinformación. ¿Apelaste a estos recursos porque pensabas, o piensas, que había un desconocimiento del tema en España y en buena parte del mundo?

José Manzaneda: Hay un desconocimiento absoluto del tema y todos los materiales que se hagan en este sentido son buenos, en cualquiera de sus formatos. Es cierto que hay que utilizar los formatos de pegada más rápida, o formatos más sencillos explicando las cosas como un abc, porque existe muy poca cultura política en general y existe muy poca información sobre la penetración del capital —en este caso del capital español— en los años noventa en América Latina. Incluso existen grandes mitos, como existían en aquel momento en esos países de América Latina donde se implantó ese capital —desde Argentina hasta Colombia— como que todo es bueno. Esto tuvo graves consecuencias en materia de soberanía, en materia de medioambiente y de derechos laborales; incluso en materia de derecho a la vida. En el caso de Colombia es claro, donde hay una relación directa en algunos casos, y no pocos, entre las masacres y los asesinatos de líderes sindicales con la implantación de determinadas multinacionales o capital extranjero en ciertas zonas del país. Eso ocurría en aquel momento y sigue ocurriendo ahora ¿Por qué? Entre otras cosas porque Colombia sigue con un modelo neoliberal que capta mucho capital extranjero. Este capital extranjero, indudablemente, a nivel macro, tiene una incidencia positiva en la economía, crea crecimiento en algún aspecto, pero también crea enormes desigualdades e impactos en la vida social, económica, política, y en los derechos humanos de una parte importante de la población de este país.

Octavio Fraga: Hablemos del recurso de la ficción. Hay dos actores que utilizas en el filme documental que recrean el mundo interior de los grandes medios de comunicación y su mirada sobre el tema, no voy a decir distanciada, más bien crítica, revelándose como un destaque muy importante en el documental. ¿Existe una complicidad entre los medios de comunicación y las multinacionales en torno a ese discurso del éxito que supuestamente tienen?

José Manzaneda: El guion es mío. Paz con Dignidad y la OMAL me dieron libertad plena en la escritura del guion, y además coincidimos en los objetivos. Yo quería resaltar, sobre todo, el papel de los medios de comunicación. No solamente porque esos medios de comunicación son otra multinacional más que entra en juego en los países de América Latina con una incidencia notable, sino porque sirve también de factor de justificación y legitimación ideológica de esa penetración del capital tanto en España como en los países que la implantaron. Estamos hablando de grupos como Prisa, ligados a lo que han llamado socialdemocracia y a otros grupos más vinculados a la derecha clásica española. Pero en cualquier caso son grupos mediáticos que se implantan en países como Colombia o Argentina ligados a veces a otras estructuras empresariales. Puede ser la telefonía, que se privatiza en esos países, u otros sectores empresariales que actúan como arietes justificativos. Desarrollan una actividad empresarial sin freno del capital español, y también como justificación del origen. Cuando hablamos de origen, tenemos que remontarnos precisamente a de dónde viene ese proceso de implantación de estas multinacionales españolas en los años noventa. Viene de un proceso de privatización en España donde empresas como Telefónica, que eran estatales, son privatizadas y se convierten en empresas expandidas en los países de América Latina. Son ganadores de ese proceso de privatización en la telefonía de determinados países y se quedan con la concesión de esos sectores estratégicos. Reitero esto porque a partir del control de dichos sectores estratégicos se controlan las decisiones políticas, las propias relaciones internacionales y el papel que tienen los gobiernos en decisiones frente a terceros países. Esos gobiernos, que han permitido la entrada de un capital sin freno y sin leyes prácticamente y con una legislación fiscal absolutamente laxa, flexible, es lógico que luego se plieguen a los intereses políticos y a las decisiones que se toman en los países más poderosos. En aquel momento, plegados a las decisiones y a los intereses del gobierno español, pero también —y sobre todo— a las decisiones y a los intereses del gobierno de los Estados Unidos, que también tiene su propio proceso de implantación de sus multinacionales en América Latina.

Octavio Fraga: Tú eres un experto en desmontar desinformación. Bien sabes que estamos en la era de las fake news, de los bulos. Volviendo al tema de las multinacionales, ¿cómo se articulan las Multinacionales españolas y los medios de comunicación en este terreno?

José Manzaneda: Yo creo que hay un elemento común, y es que estos medios de comunicación que acabamos de mencionar no solamente son parte de ese entramado empresarial que comparte intereses con esas empresas que se implantan en los países de América Latina, sino que también dependen económicamente de la publicidad de esos sectores o de esas empresas. Medios de comunicación y grandes sectores económicos, desde la banca hasta la telefonía, consultoras y otra serie de empresas de sectores que comparten intereses y por supuesto una ideología capitalista, liberal. Esta sirve precisamente para legitimar toda su actuación, para legitimar además la lucha permanente contra cualquier intervención del estado en esos países, que pueda lesionar, entre comillas, sus intereses. Que les pongan más impuestos, que les pongan determinadas medidas medioambientales que en sus países de origen tienen que cumplir, pero no en los países en los que se implantan. Eso lo hemos visto en momentos muy concretos de una manera salvaje. Es el caso, por ejemplo, cuando el gobierno de Bolivia decidió nacionalizar sus recursos naturales, pues hubo una feroz campaña de desinformación por parte de toda la estructura de medios de comunicación españoles en defensa de los intereses de Repsol (aunque no lo decían así) que ganaba, por ejemplo, un cuarenta por ciento o lo que fuera. Resulta que de la noche a la mañana dejó de ganar tanto y empezó a ganar la mitad o una tercera parte. Esa fue una decisión trascendental y soberana de un gobierno. Años después consideraron que era el momento y dieron el zarpazo —el golpe de estado de 2019— que no fue más que un ajuste de cuentas o un intentar revertir las cosas para ir hacia el momento anterior, a 2006, que es cuando se produce aquella nacionalización. Pues los medios de comunicación han jugado un papel esencial en generar fake news, o simplemente silenciar las cosas y potenciar determinadas realidades que igual son anecdóticas y las convierten nuevamente en el motivo principal de una noticia, de un reportaje, o de toda una campaña de desinformación en el tiempo.

Y hoy en día sigue un poco la misma tónica. Todo lo que un gobierno de América Latina tome o apruebe leyes y medidas que afecten un poquito los intereses de una empresa española, pues automáticamente se generan noticias que demonizan a ese gobierno en relación con esa empresa. La opinión pública española se lleva a su mente que ese gobierno es muy malo y por lo tanto lo que hace en materia de legislación frente a los intereses de esas empresas españolas también es malo.

Octavio Fraga: En tu documental se avista una fortaleza, la riqueza de expertos que protagonizan. Todos convergen en un punto —a mi criterio es el tema—, la privatización como pilar inviolable que legitima el discurso de las multinacionales ¿Crees que es el único?

José Manzaneda: Es el punto digamos, de inicio, de todo un proceso neoliberal. El neoliberalismo lo legitima a comienzos de los años noventa, incluso un poquito antes en algunos países. Lo deciden gobiernos autoritarios. Por ejemplo, en la etapa previa a la explosión del neoliberalismo, el país vanguardia fue Chile con la dictadura sangrienta de Augusto Pinochet. Pues el primer elemento fue privatizarlo todo o casi todo, excepto el ejército y la policía. La represión y el poder del monopolio de la fuerza era del estado, todo lo demás debía ser privatizado salvo aquello que no podían hacerlo porque la contestación popular era demasiado fuerte. Esa privatización fue la manera en que los funcionarios de esos gobiernos —muchos de ellos también vivían del sector privado, hay que recordarlo— tenían fuertes intereses ligados a empresas de sus países, y para eso están además las puertas giratorias, que siempre funcionan. Hablo de los funcionarios que después acaban en los consejos de administración de las empresas privadas de sus países o de los países inversores. Digamos, deciden privatizar un montón de empresas, y curiosamente en esos momentos algunas empresas que habían sido privatizadas en España son las que se implantan y recogen las cenizas de la destrucción de esas empresas públicas ahora privatizadas y las convierten en una sucursal de sus empresas matrices, la privatización no solamente de las empresas sino de todo. La privatización de todos los elementos de la vida, como ha sido la privatización del agua, incluso de los ríos. Todo eso lo hemos visto y lo seguimos viendo en muchos países de América Latina donde se nos dice que al pasar al sector privado absolutamente todo va a funcionar mucho mejor.

Desgraciadamente, o afortunadamente, algunos pueblos de América Latina se han dado cuenta de que todo esto era una absoluta mentira y que el sector privado indudablemente tiene algunas ventajas en algunos aspectos y bajo determinadas normas, pero realmente en el contexto general se produce un enorme desastre tras un proceso integral de privatización. Todo eso tuvo después una vuelta, vamos a decir de péndulo, vino luego el ciclo progresista en América Latina que es una respuesta precisamente a toda esa década neoliberal.

Octavio Fraga: Te pongo en la piel de esta pregunta ¿Atacar a una multinacional, denunciarla, encararla de muchas maneras, es atacar un capital simbólico del estado español?

José Manzaneda: Sí lo es, porque detrás de estas empresas, o defendiendo la imagen de estas empresas, no solamente están sus departamentos de imagen, de relaciones públicas, de marketing, está también todo el complejo de medios de comunicación españoles que viven de la publicidad de esas empresas. Algunos de estos medios son del accionariado de esas empresas o al revés y en cualquier caso comparten una misma visión del mundo y una misma visión de lo que tiene que ser la marca España. América Latina es, digamos, la región de influencia, o ha sido una región de influencia del capital español durante varias décadas por motivos históricos evidentes.

Criticar a las multinacionales es peligroso siempre y cuando tengas un cierto altavoz para hacerlo, pero el problema es que no lo hay. Hacer un documental, hacer cuatro mil videos sobre los impactos de las empresas españolas en América Latina no te garantiza que te lo van a poner en una televisión, jamás vas a llegar al gran público. Entonces, ellos están cómodos con la crítica, el elefante está muy cómodo cuando el ratón le está tratando de morder el pie, porque realmente no hay una posibilidad de hacer una crítica pública y este documental jamás se va a poner en los grandes medios de comunicación, ni tampoco en la televisión pública española, donde supuestamente tiene que haber un poquito más de libertad o de pluralidad.

Cuando tú me preguntabas por el guion y la ficción que utilizamos en el documental, en él aparecen una periodista y su jefe de redacción. Ella, con una cierta ingenuidad, le dice que por qué no van a poner este documental que le ha llegado. Fíjate lo que pasa en América Latina con las multinacionales, es un desastre y realmente es un tema de derechos humanos, y creo que el público nuestro debe conocerlo. Él automáticamente le dice: “nosotros vivimos de la publicidad, vivimos de estos señores tan malos, entonces no lo vamos a poner de ninguna manera”. Y esto, que puede parecer un poco bufonesco, es la puñetera realidad. Así son las cosas, quizás con periodistas menos ingenuos, los periodistas contratados, pues son contratados porque piensan igual que sus jefes y si no piensan igual pues se callan, actúan con una gigantesca autocensura en cualquiera. En los grandes medios de comunicación españoles jamás verás un trabajo crítico, verdaderamente crítico, sobre las empresas y los impactos que ha tenido la inversión extranjera española, en este caso, en América Latina.

Octavio Fraga: De alguna manera ya me respondiste una de las preguntas que tenía, pero igual la abordo. ¿OMAL, que es la productora de tu documental, intentó ponerlo en alguna televisora nacional, regional o local de España? ¿Qué pasó con tu documental en este sentido?

José Manzaneda: Soy consciente de que se intentó. Por mi parte, también hice intentos de que se pusiera en algunas televisoras, a toda se les ofreció, no hubo respuesta. Tampoco te dicen que no, simplemente te dicen que no callando la respuesta. Este documental puede ser televisado en un pequeño local, una pequeña emisora local, como fue el caso de Tele K, en Vallecas, pero no dejan de ser canales alternativos. Son espacios importantes, igual que poner hoy un video que producimos en YouTube, pero sabemos que ese en el conjunto del maremágnum de la desinformación y del control que tienen de las producciones informativas, los grandes medios de comunicación. Aunque, tenemos que seguir haciéndolo y tenemos un papel que cumplir ahí. Sobre todo, buscando un público que ya es crítico, un público que a lo mejor no está del todo informado, pero tiene una alta desconfianza en torno a los medios de comunicación. A ese público hay que servirle materiales, información, documentales. En este caso, que les formen y que les informen sobre lo que ocurre para que precisamente sea una especie de correa de transmisión de esa información. Pero los grandes medios de comunicación jamás van a poner un trabajo de este corte.

Octavio Fraga: Al principio me hablaste —me parece importante tocarlo— sobre el vínculo de las multinacionales con el paramilitarismo, sobre todo en Colombia. Me interesa que profundices un poco sobre cómo es esa relación ¿Cómo se articula el vínculo de las multinacionales con el paramilitarismo, y por supuesto, los gobiernos?

José Manzaneda: El caso de Colombia es emblemático, por muchas razones. Uno no sabe si reír o llorar cuando escucha que en países como Cuba hay represión, que en Colombia fueron asesinados ciento cuarenta y cinco líderes sociales el pasado año. Setenta y dos mil personas desplazadas de sus hogares por violencia. Han habido sesenta muertes, aproximadamente, desde el inicio de las protestas sociales en abril, sesenta muertes por represión policial la inmensa mayoría.

Colombia es un país violento porque hay una estructura social violenta o violentada por factores sociales, por enormes desigualdades y, precisamente, por una estructura neoliberal que le ha dado un poder desmedido al capital interno, al capital nacional, a la oligarquía colombiana y también al capital transnacional, en algunos casos muy ligados unos con otros. En algunos lugares del país, donde caen líderes sociales, donde son asesinados, ¿son asesinados por quién?, pues por terratenientes, por paramilitares a los que les pagan los terratenientes o les pagan directa o indirectamente determinadas empresas, algunas de las cuales son empresas multinacionales muy ligadas al capital transnacional. Hay lugares donde ha habido una resistencia activa, durante muchos años, para que determinadas tierras no sean tomadas por el capital internacional, y de alguna manera sean expropiadas. En las comunidades campesinas ha habido una alta resistencia, y precisamente en esos lugares es donde ha habido una presencia paramilitar que ha desplazado al campesinado, que ha asesinado a mucha gente para que venga la multinacional e invierta en determinados cultivos o en otras industrias o en sectores extractivos, fundamentalmente en este país.

Hay una ligazón importante, una ligazón absoluta con el poder político. En la época en que gobernó Álvaro Uribe Vélez, que es como si fuera el actual presidente de Colombia o es el jefe político del actual presidente de Colombia quien no ha cambiado absolutamente nada, este señor pues no solamente dio vía libre a los paramilitares, sino que fue uno de sus padrinos. La justificación era precisamente esa, que el capital llegue al país de cualquier manera, que haya mucha más inversión de cualquier manera, porque al final quien se beneficia de todo eso, fundamentalmente, no es solo el capital foráneo sino también las oligarquías locales, muy ligadas precisamente a la política.

Octavio Fraga: Nuestros países, por ejemplo, Bolivia, Honduras, Venezuela, han sido escenarios de golpes de estado o acciones de desestabilización —bien conocido el tema de las guarimbas—. ¿Se puede afirmar que, de alguna manera, se perciben nexos de las multinacionales en esas acciones?

José Manzaneda: Absolutamente. Las multinacionales, sean españolas, sean norteamericanas —las de Estados Unidos todavía mucho más— han tenido un papel de alianza clara con movimientos políticos vinculados al golpismo, a la derecha en estos países. Puede ser el caso de Bolivia, de Venezuela, vinculados también al poder mediático del sector privado como justificador de estas acciones irregulares o de desestabilización política y justificadores de los propios intereses de estas empresas. ¿Cómo? Demonizando, por ejemplo, cualquier iniciativa legal o fiscal que grave con más impuestos a la inversión o que apruebe determinada legislación medioambiental mucho más estricta con las inversiones extranjeras.

Es absolutamente evidente. Además, estas empresas tendrían muchos más beneficios, sus intereses se verían mucho más reforzados —lo hemos visto— con gobiernos de derecha que con gobiernos más a la izquierda. Las multinacionales tienen un camino mucho más fácil, ganan mucho más dinero en países con gobiernos neoliberales.

Son los que les cobran menos impuestos, son los que ponen menos problemas legales y menos leyes que regulen su actividad. No solamente en la cuestión de la ecología, sino en los derechos laborales y los derechos humanos en general. Existe un plan global neoliberal que es la privatización y la entrada del capital sin freno. Este es el sueño del capitalismo, y dentro de este sueño, está que un día eso pase en Cuba.

Tenemos que llegar a un pacto para que esto realmente sirva a los intereses del país, tribute de manera adecuada al presupuesto y sirva para mejorar las escuelas y los hospitales, y no sea para que se lo queden una gran parte el inversor extranjero y otra parte un empresario nacional. Ese es el gran sueño que tienen y es lo que hay detrás de todas las acciones de desestabilización contra Cuba en estos momentos.

Lo mismo ha habido en otros momentos, en otros países. Ahora mismo hay un péndulo de, digamos, política en América Latina que está girando más hacia la izquierda. Se están viendo reacciones, un tanto viscerales, en algunos países. Es el caso del Perú y es el caso de Honduras. Hay entonces resistencia absoluta a ese tipo de cambio, porque indudablemente va a suponer que esas multinacionales y ese capital privado van a tener un poquito más enmarcado su quehacer y su actividad económica.

Octavio Fraga: Una de las banderas que engallan las multinacionales es que son respetuosas con el medioambiente. Hace unos días fue noticia el derrame de petróleo provocado por Repsol en las zonas costeras del Perú que ha impactado en 24 playas de esa nación. ¿Qué interpretación podemos hacer de estos hechos?

José Manzaneda: Al margen de la causa de este gran vertido, está la responsabilidad de la empresa. El gobierno de Perú es soberano, tiene que serlo, y tiene que pedirle las cuentas correspondientes a una empresa que ha provocado o que ha dejado que esto ocurra, sean cuales sean las circunstancias y las causas. No vamos a ser demagógicos, un vertido puede ocurrir también en un país donde la empresa sea controlada de manera soberana, pero indudablemente todas estas empresas han tenido, durante muchísimos años, el camino libre para no responder, es el caso emblemático de la Chevron en Ecuador.

Hubo una gran campaña en su momento cuando teníamos ese gobierno tan progresista y que consiguió tantas cosas en Ecuador, el de Rafael Correa. Una campaña precisamente para denunciar los vertidos de esta empresa petrolera estadounidense en Ecuador, precisamente para que no solamente esto cesara, sino que rindiera cuentas y pagara su deuda ecológica. En el caso de Perú yo entiendo que el gobierno tiene que actuar y así lo apoyaremos quienes estamos en los movimientos sociales en el mundo. Repsol tiene, en este caso, que responder por un hecho tan grave como este que tú acabas de mencionar.

Octavio Fraga: Las multinacionales, de alguna manera, tienen un nivel de impunidad, en buena medida porque el periodismo no está a la altura de las circunstancias. Tú eres un ejemplo de lo que debe ser el periodismo. ¿Cuáles son para ti, las claves que debe tener un periodista hoy, o un cineasta, para estar a tono con los tiempos y las realidades tan complejas que vivimos?

José Manzaneda: El periodismo que se hace, o que se puede hacer, con una cierta audiencia hoy en día en Europa —vamos a decir en el mundo occidental capitalista— tiene muy pocas posibilidades de reunir algunos de los elementos que yo creo que debe tener este periodismo. Porque ha de ser un periodismo crítico, que va al fondo de los problemas y los dramas sociales, que no se contenta con reflejarlos. Es cierto que los medios de comunicación, a veces mencionan los dramas sociales que ocurren en los distintos países del mundo, el problema es que muchas veces o culpabilizan a quienes luchan precisamente contra las causas que provocan esos dramas o esos males sociales, o sencillamente no las analizan, ponen el problema sobre el tapete pero nada más.

Un periodismo verdaderamente profesional y serio tiene que ir a la raíz y a las causas de los grandes problemas sociales. No sé si afortunada, o desgraciadamente, para los poderosos, no le queda otro remedio que hablar del conflicto de clases, de las enormes desigualdades sociales y económicas de este mundo, de las grandes injusticias. Eso es ir realmente al fondo y a la raíz de los problemas, y también hay que reflejar cuáles son los movimientos sociales, los gobiernos o las iniciativas que luchan o que van a la raíz de esos problemas sociales, las causas que generan esos problemas sociales. Eso es lo que no hacen los medios de comunicación y el periodismo contemporáneo, que se dedica solamente a la superficie de los problemas en una especie de ejercicio telegráfico. En muchos casos hacen una reproducción de las notas de prensa generadas por empresas privadas o públicas, pero con intereses políticos muy concretos y con una ideología neoliberal muy clara, y silencian absolutamente causas y actores sociales que luchan o que van a la raíz de esas problemáticas sociales. En muchos de los casos, lo único que hacen cuando mencionan a estos movimientos sociales que luchan, a estos gobiernos que tratan de legislar poniendo su mirada en las causas que provocan los problemas sociales, es demonizarlos, culpabilizarlos. Al final no se hace un análisis de las grandes catástrofes de este sistema capitalista. Y no solamente eso, sino que además se culpabiliza a quienes son alternativas de ese sistema capitalista.

Octavio Fraga: Cierro con una última pregunta personal. Sé que tu labor como coordinador y periodista de Cubainformación te toma mucho tiempo ¿Harás un documental en un futuro? Me gustaría.

José Manzaneda: Estoy, desde hace muchos años, dedicado en cuerpo y alma a la información alternativa en torno a Cuba, al análisis de la manipulación brutal y absoluta que sufre la realidad cubana, y al ataque constante desde los medios de comunicación. Y ahora también desde ese gran campo de batalla que son las redes sociales en contra de la Revolución cubana; eso no quiere decir que en el futuro no pueda combinar ambas cosas. No si dentro de unos años pudiera volver al campo de la creación cinematográfica, del guion y de la realización de documentales. Una de mis ideas también es hacer algún documental sobre Cuba. Yo veo los trabajos que se hacen sobre Cuba en el formato documental y hay filmes realmente brillantes y hermosos. Muchas veces digo, bueno, pero es que a mí me encantaría hacer un trabajo sobre este asunto, pero es que ya hay cosas tan buenas que prefiero dedicarme a otras temáticas.

Foto: Cortesía del entrevistado.

Es tal la guerra comunicacional contra Cuba, y es tan importante Cuba como símbolo de resistencia y de futuro para la humanidad, que es importante que existan personas, profesionales en mi caso, que de alguna manera tengamos puesta nuestra mayor atención en el análisis y la defensa de la realidad de Cuba y de las verdades de Cuba, que tiene mucho que ver con el trabajo de desmentir las mentiras. Yo creo que son dos cosas en una. Por un lado, tienes que hablar de las verdades de un país, pero cuando es un país tan atacado no te queda otro remedio que empezar por desmenuzar, por sacar el machete y acabar con tantas mentiras que se dicen sobre ese país. Entonces en ese sentido yo creo que mi labor al menos en el corto plazo va a seguir centrándose en la información y en la producción audiovisual en torno al tema de Cuba.

Octavio Fraga: Manzaneda, agradecido en nombre de la Unión de Periodistas de Cuba por este espacio de diálogo, y nuestra gratitud por lo que haces por nuestro país, por nuestra Revolución. Un fuerte abrazo desde La Habana.

José Manzaneda: Muchísimas gracias a quienes nos han visto, y muchísimas gracias a ti Octavio. Tenemos una amistad desde hace muchos años, y por supuesto, un gran abrazo a toda la Upec, la Unión de Periodistas de Cuba, que es un gremio, un colectivo de personas entrañables muy demonizado por quienes tratan de darle lecciones de libertad de prensa todos los días, que luego no aplican en sus países y en sus redacciones. Mucho ánimo en todo ese proceso de cambios que está llevando a cabo la Upec y los periodistas de Cuba en su propio periodismo, pero de manera soberana, independiente, y tomando sus propias decisiones sin las lecciones de los supuestamente sabios del periodismo, algunos de los cuales, lo único que hacen, es repetir las gacetillas de agencias, y sobre todo obedecer a los amos imperiales y a quienes los mandan en el mundo.

Octavio Fraga: Hemos entrevistado a José Manzaneda, periodista y cineasta vasco en el espacio Diálogos en reverso, muy buenas tardes y gracias una vez más.

José Manzaneda: Muchas gracias.

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Octavio Fraga Guerra
Periodista y articulista de cine, Especialista de la Cinemateca de Cuba. Colaborador de las publicaciones Cubarte y La Jiribilla. Editor del blog https://cinereverso.org/ Licenciado en Comunicación Audiovisual por el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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