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La pérfida campaña imperialista contra Cuba

Con sano y legítimo orgullo se sumará Cuba este lunes a la celebración mundial por el Día Internacional de Nelson Mandela, cuya liberación luego de 27 años de injusto presidio en las cárceles del apartheid, está asociada a la victoria angolano cubana frente a la Sudáfrica racista.

Y así lo reconoció el propio Mandela al hablar junto a Fidel en la ciudad cubana de Matanzas el 26 de julio de 1991: “Aquella impresionante derrota del ejército racista le dio a Angola la posibilidad de disfrutar de la paz y consolidar su soberanía. Le dio al pueblo de Namibia su independencia, desmoralizó al régimen racista blanco de Pretoria e inspiró la lucha contra el apartheid dentro de Sudáfrica… Sin la derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca habrían sido legalizadas.”

Y en aquel histórico discurso en ocasión del aniversario 38 del asalto revolucionario a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, Mandela no solamente reconoció el papel solidario de Cuba con África, sino que también expresó su admiración por los sacrificios del pueblo cubano por mantener su independencia y soberanía ante la pérfida campaña imperialista orquestada para destruir los impresionantes logros alcanzados por la Revolución Cubana.

Y fue en los funerales de Nelson Mandela en Johannesburgo, en diciembre de 2013, que se saludaron por primera vez los entonces presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, para marcar el inicio de un proceso que condujo al restablecimiento de las relaciones diplomáticas de los dos países el 17 de diciembre del año siguiente, 2014.

Lamentablemente fueron revertidos por Donald Trump los pasos hacia la normalización de vínculos entre las dos naciones, se vivieron cuatro años de crueles políticas de Washington hacia Cuba, agravadas por los efectos de la pandemia, y el vicepresidente de Obama, el hoy inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, ha dado continuidad, no a la política de Obama, sino a las genocidas medidas aplicadas por su rival republicano Donald Trump.

Si Nelson Mandela viviera se horrorizaría por la cruel política yanqui contra Cuba, y por el racismo que emana de las instituciones del imperio, que han provocado crímenes monstruosos como los de George Floyd.

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