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Gloria Rolando: Santiago Álvarez me mandó a buscar en la Biblia

Por Alain Amador
La experiencia de la destacada realizadora Gloria Rolando dentro de los rigores del ICAIC, y más allá, atesora vivencias entrañables como Asistente de Dirección de notables cineastas. Entre ellos, Santiago Álvarez. La ACN conversó con la fértil documentalista en torno a las influencias de aquel inmenso creador en su manera de hacer cine.

-Cómo era investigar y hacer la asistencia de dirección para un documental de Santiago Álvarez.

“Yo visitaba el tercer piso del ICAIC. Ese era el hervidero del Noticiero (Noticiero ICAIC Latinoamericano). Allí tenía algunos amigos, y yo misma no sé cómo me enrolé en dos proyectos con Santiago. El primero fue el documental relacionado con la deuda externa de América Latina. En 1985 se hizo en el Palacio de Convenciones un evento inmenso sobre el tema. Vinieron muchos líderes políticos, religiosos, activistas sociales y comunitarios, etc.; y Santiago decidió filmarlo todo, incluyendo los discursos. Se termina el evento, y a los pocos días me llamó y me comentó que había que hacer un documental. “Ve a ver la Biblia”, me dijo”.

– ¿La Biblia? ¿La de toda la vida, o estaba refiriéndose a otra cosa?

“No, no. La Biblia. Me dijo que buscara en el libro sobre lo que se hablaba de la deuda y los deudores. Por suerte yo tenía dos o tres en casa. Y después de llevarle algunos proverbios, que se utilizaron en el documental, Santiago me dijo que fueron los países europeos los que expoliaron y arrasaron todo lo que teníamos. Que no era posible para nosotros pagar una deuda, sino ellos. Fue cuando me dijo que eran los Dioses los que se habían quedado solos. Y salió el título: La Soledad de los Dioses (1985). Ahí te das cuenta del compromiso político, la cultura, el modo de investigar, reflexionar y conocer la realidad de Santiago”.

– Y cómo articularon esas referencias bíblicas con los discursos de los asistentes al cónclave.

“Ahí viene la parte de la estética. Mira, a él le gustaba mucho el muralismo mexicano. El hace como una sinfonía con todas aquellas imágenes en la petición de la justicia.

Eso era realmente lo que estaba invocando el documental: la justicia. Era muy difícil de elaborar. Cuando uno empieza a hilvanar todas esas ideas, de la necesidad de hacer una mirada no piadosa, sino redentora a la causa de América Latina, descubre que Santiago utilizó la vida espiritual del continente. Él se inspiraba porque tenía un compromiso claro de la política con la cultura. Y en el cuarto de edición se revelaba la magia de su temperamento.

“Le gustaba tocar los trozos de planos enganchados en los percheros. Le gustaba tocarlos y recrearse, colocándolos por orden. Yo no recuerdo el gran guion hecho de antemano, pero sí la intuición del tipo de lenguaje con el cual guiar al editor. Yo estoy segura de que, si uno lo vuelve a ver hoy en día, La Soledad de los Dioses tiene tremenda vigencia, porque ya desde aquella época se escucharon todas las voces en la necesidad del diálogo. Qué fue lo que pasó después con la llegada de los presidentes progresistas: el diálogo y el respeto”.

– ¿Y la experiencia personal de Gloria frente a ese creador y las realidades de Cuba?

“Conocimiento, compromiso, lenguaje, entendimiento de las complejidades de la realidad. Me complementó mucho. Por eso yo digo que Santiago Álvarez puso una semillita en mí. Luego con el segundo proyecto, Historia de una Plaza (1989), vino otra experiencia con otras características. Fue escuela para todos, porque ya te digo, para mí entrar al cuarto de edición era un privilegio.

“Él tenía muchísimas tareas, viajes, reuniones, el mismo Noticiero que le llevaba mucho tiempo. Pero se hizo. ¿Qué cosa era la Plaza Cívica? Un conjunto arquitectónico necesario para la política de Batista para quedar bien por el centenario de Martí. La Timba y La Pelusa, aledaños al lugar, y los empeños de Fidel por dignificarlos ya como Plaza de la Revolución, la iglesia catalana que estaba en el mismo espacio y que fue desmontada ladrillo a ladrillo hasta su traslado en Avenida de Rancho Boyeros.

Busqué mucho en los archivos, incluso Santiago puso una foto de Martí que encontré y que fue muy polémica. Cuando están subiendo el rostro, se ve que los ojos están tapados con unos protectores, pero fue interpretado en su época como una venda que le estaban poniendo para que no viera todo en lo que se había convertido la patria cubana”.

– ¿Santiago llegó a ver en usted aptitudes como directora?

“Hubo un intento. Le propuse hacer un documental sobre Winnie Mandela (1936-2018), una historia bellísima. Llegamos a tener reuniones con la representación en Cuba del Congreso Nacional Africano, libros, música, pero no fructificó. Pero sí llegó a ver mi documental Oggún: un eterno presente (1991)”.

– Más allá del compromiso político, de la intuición de Santiago Álvarez, cómo era la persona.

“Él era un banquete. Conmigo se derretía, en el mejor sentido de la palabra, pero con una mirada muy pícara. Yo aportaba mi ingenuidad y mi alegría por trabajar allí, y al mismo tiempo, pertenecía a una generación muy respetuosa y solidaria con los directores. Recuerda que no sabíamos cine, y cada proyecto era un estudio, una clase. Yo iba con humildad. Lo que más maravillaba era ver cómo con poquísimos recursos podía darle movimiento a una imagen y convertir cualquier música en una sinfonía. Hoy hay una gran cantidad de elementos para jugar con la imagen, pero qué están diciendo, cuál es el mensaje. Aquella fue otra cosa, la escuela con la que yo me fui formando.

(Tomado de la ACN)

One thought on “Gloria Rolando: Santiago Álvarez me mandó a buscar en la Biblia

  1. Hola!
    Que emotivas palabras de Gloria Rolando para hablar de su historia de formación y de su maestro Santiago.
    Sus valoraciones permiten ver a Santiago, calmarlo y conocerlo a fondo en su sencillez.
    Mi eterna admiración a ambos Santiago y Gloria. El haber aprendido con Santiago nos permite sentirla como su seguidora, que pone en sus proyectos que son varios un toque del maestro.
    Gloria para Santiago!
    Felicidades, éxitos y bendiciones en los proyectos que le esperan.
    Norma Guillard

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