COVID-19

Estrategia Covid Cero: aprender de los mejores frente a la pandemia

Por Richard Horton

La semana pasada, Ilona Kickbusch, directora fundadora del Centro de Salud Global del Instituto Universitario de Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra, compartió una propuesta que se está debatiendo ampliamente en Alemania. El enfoque, ideado por un grupo de clínicos y académicos, que además de Kickbusch incluye a Melanie Brinkmann, Michael Hallek, Matthias Schneider y otros, es una “estrategia Covid-Cero”.

Su plan consta de tres elementos, basados en el doble objetivo del Covid-Cero y la creación de zonas verdes libres de virus. En primer lugar, una rápida reducción del número de infecciones a cero. En segundo lugar, evitar la transmisión o reintroducción del virus mediante rigurosos sistemas de prueba, rastreo y aislamiento, así como restricciones a los viajes locales. En tercer lugar, la gestión rápida de los brotes, si se producen nuevos casos de COVID-19 de forma esporádica.

La experiencia de varios países de Asia oriental demuestra que la eliminación completa es la menos perjudicial para la sociedad. Cada contagio es un contagio de más. La propuesta alemana recomienda un enfoque regional: cuando la incidencia de la infección en un área cae a cero, la región debe ser declarada zona verde. Deben imponerse estrictas restricciones de contacto y de viaje en torno a esta zona, con sólidos protocolos de prueba, rastreo y aislamiento. La motivación individual y el consenso social para apoyar este plan –un objetivo colectivo para toda la población– serían fomentados mediante la comunicación diaria con el público.

Los mensajes estarían entonces menos centrados en los resultados positivos de las pruebas, las hospitalizaciones y las muertes. En su lugar, el apoyo público se construiría en torno a los objetivos más amplios del bienestar social, la vuelta al trabajo y la restauración de las libertades civiles. Para mantener el compromiso, la cohesión y la moral de la población, las autoridades deben ofrecer un plan de reapertura claro basado en los avances hacia el Covid-Cero. El objetivo final sería ampliar y fusionar las zonas verdes en toda Alemania.

Esta estrategia también podría aplicarse en toda Europa si los gobiernos se pusieran de acuerdo en un objetivo común de Covid-Cero. El equipo alemán sostiene que la primera evaluación realista de su plan se produjo con la forma en que Melbourne gestionó con éxito su reciente brote. El “camino hacia la normalidad” constaría de cuatro fases.

  • Fase 1: Contención para lograr una tasa de incidencia inferior a 10 casos por semana por cada 100.000 habitantes.
  • Fase 2: Medidas continuas para llegar a menos de 5 casos por cada 100.000 habitantes.
  • Fase 3: Lograr la incidencia cero.
  • Fase 4: Declaración del estatus de zona verde.

La estrategia elaborada por Kickbusch y sus colegas concluye con un apéndice en el que se enumeran los mitos que han llegado a distorsionar el debate público y político sobre cómo gestionar esta pandemia. 

  • “La salud y la economía están en juego”. No: el destino de nuestro bienestar y nuestra vida en general van de la mano.
  • “Podemos proteger a los grupos vulnerables”. En la práctica, dado el gran número de personas vulnerables, esto es imposible.
  • “El Covid-19 sólo afecta a las personas mayores”. Incluso entre la población más joven, el Covid-19 causa daño, a veces la muerte.
  • “Una vez infectada, la gente es inmune para siempre”. Simplemente no lo sabemos, pero es poco probable.
  • “Sólo la vacunación nos salvará”. Con el tiempo, tal vez, pero no a corto plazo.
  • “La inmunidad del rebaño puede lograrse a través de la infección”. No es una estrategia factible ni deseable.
  • “Cerrar las escuelas es más estresante para los niños y las familias que mantenerlas abiertas”. Lo que es más importante es aumentar el apoyo educativo y económico.
  • “Las vacunas pondrán fin a la pandemia de COVID-19 rápidamente”. Lamentablemente, no durante algún tiempo.

Alemania no es Australia, ni es una isla, ni un régimen totalitario. Sin embargo, debemos esforzarnos por aprender de los mejores. Aprender de los mejores: este es uno de los aspectos más desconcertantes de la respuesta global a esta pandemia. Porque no ha habido una respuesta global. No ha habido un esfuerzo de colaboración o sistemático entre las naciones para aprender unas de otras. Es confuso, ciertamente, pero más que eso, es desalentador que la familia humana parezca preocuparse tan poco por sí misma que no hayamos sido capaces de poner en común nuestra experiencia, nuestra comprensión y nuestros conocimientos, para forjar una respuesta común y coordinada.

Casualmente, la semana pasada, en el primer aniversario del primer artículo de China en el que se describían las características clínicas del COVID-19, se puso en marcha en el Reino Unido la Coalición Covid-Cero. Después de más de 2 millones de muertes en todo el mundo, quizá se esté llegando a un acuerdo para que la eliminación de este coronavirus no sólo sea necesaria, sino que también sea posible.

Fotografía de portada: Iván Díaz/Unsplash

Traducido del inglés por América Rodríguez para Investig’Action

Fuente: The Lancet

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