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Entabló tres partidas con Fischer

Diestro en la palabra y la escritura, Eleazar Jiménez brilló sobre el tablero: le ganó dos veces a Smislov y…

Entabló tres partidas con Fischer

-¿Cómo aprendiste el ajedrez?

-Mirando jugar a otros.

-¿Fuiste a una academia o a un club?

-No, el club vino a mí.

-¿Cómo fue eso?

-Mi padre era un apasionado del ajedrez y como no había donde ubicar el club lo puso primero en el portal y luego en la sala de mi casa.

-¿Quién era tu padre?

– Tomás Jiménez Rodríguez, un reputado joyero nacido en 1890 en Trinidad y radicado en 1917 en Ciego de Ávila, entonces perteneciente a Camagüey. Se trasladó a mediados de los años 40 a La Habana y colaboró con Carlos A. Palacio en la transmisión de Jaque Mate en el Aire. Falleció en la capital en 1967.

-Fuiste amigo del Che y sé que solo se llevaban unos días…

-Él nació el 14 y yo el 25 de junio de 1928. Cada vez que ofrezco una sesión de simultáneas veo en ella un reconocimiento al Che, el mayor impulsor de la práctica masiva del ajedrez en Cuba.

-Tuviste muchos años un Skoda. ¿Te lo regaló el Che?

-Sí. Era el que le tocaba a él como médico. Me lo dio junto con unos guantes cañeros y una mocha.

-¿Y fuiste al cañaveral?

-Claro. No podía quedar mal con el Che.

-¿Qué edad tenías cuando descubriste que los alfiles viajan por diagonales?

-Ocho años y me gustaban los juegos propios de esa edad, pero la curiosidad me llevó a mirar como movían las piezas los mayores. Llegó un momento en que ya podía “adivinar” la movida de un adversario. Por eso le dije a mi hermano mayor que ya sabía jugar y los reté a una partida.

-¿Ganaste?

-Perdí fácilmente. Entonces mi hermano me dijo:–Cuando aprendas a combinar puedes decir que ya sabes jugar ajedrez. Sus palabras  me motivaron a profundizar, a estudiar.

-¿Cuándo te radicaste en La Habana?

– En 1952 y comencé atrabajar como contador en una Empresa de Trasporte de carga por carretera. También jugué mi primer torneo internacional, el llamado Cincuentenario de la República, que ganaron Reshevsky y Najdorf.

-¿Otro acontecimiento importante de tu vida en 1952?

-Mi matrimonio el 31 de enero con la avileña Hidelisa Santos Hernández. De esa unión nacieron Thelma Hortensia el 25 de noviembre de 1954 y Raúl, el 22 de febrero de 1961.

-¿Cuándo conquistaste tu primera corona nacional?

-En 1957 me convertí en retador de Juan González, a quien le quité la corona el 25 de julio de 1958 en los salones del Ayuntamiento de Marianao al triunfar en la oncena partida y poner el score de 6,5 x 4,5. Solo hubo una partida tablas.

-¿Tuviste facilidades para disputar ese match?

-Todo lo que conseguí en mi trabajo fue que me liberaran media jornada. El match estaba pactado a 12 partidas y como juez actuaba José Raúl Capablanca, hijo.

-Eres el primer campeón nacional en la Revolución, en 1960. ¿Cuándo ganaste tus otros títulos?

– Revalidé el título en el 63 y el 65, y lo reconquisté en el 67, luego de un match con Silvino García.

-Le pregunté en tono de broma: ¿Cómo te dejaste quitar la corona por Rogelio Ortega en el 66? Él me respondió muy en serio:

-Ortega empezó a ganar y ganar y yo lo subestimé, porque me dije “ahorita alguien lo frena y coge su paso, entonces yo me adelanto”. Era un torneo muy largo y yo mantenía mi ritmo de ganar las partidas que pudiera y entablar las otras. Pero a Ortega no lo paró nadie y seguía ganando, hasta que se hizo campeón, y por mucho que me esforcé al final, me sacó punto y medio. Aquello parecía increíble. Fui el primero en felicitarlo.

-¿Por qué haces tantas tablas?

–Un punto en dos rondas se alcanza de dos maneras, ganando una y perdiendo una o haciendo dos tablas. Yo prefiero la segunda variante.

-La relación de victoria tuyas sobre Grandes Maestro comienza con el búlgaro Bobotsov en 1963. ¿Pero no hubo alguna antes?

-Sí, pero no es oficial. Ocurrió en unas simultáneas cronometradas de Paul Keres, en 1960.

-Tienes el privilegio de haber estado entre los 10 atletas más destacados de la primera década del INDER (1961-71). ¿Qué recuerdas de ello?

-Todo. Es algo inolvidable estar en una lista que encabeza Enrique Figuerola y ser seleccionado al lado de peloteros como Miguel Cuevas y Urbano González, entre otros deportistas. Eso es de mucho orgullo.

-¿Cuáles son tus momentos más triste y más feliz en ajedrez?

-Los dos ocurrieron el mismo día, en el último tope de la fase preliminar de la olimpíada de Leipzig 1960. Cuba estaba obligada a derrotar a Bélgica 3-1 para pasar al Grupo B. La primera partida en concluir fue la mía, al perder frente al GM O’Kelly, dejando al equipo “contra la pared”.

-¿Cómo llegó el más alegre?

-El estrés me consumía pero poco después ganó Cobo y más tarde González.  Entonces ocurrió lo grandioso: Raúl Cárdenas doblegó al belga Van Shoor para fijar uno de los momentos más emocionantes de Cuba en olimpíadas. ¡Fue tanta mi emoción que abracé a Cárdenas y lo levanté en peso!

-Además del ya narrado, ¿otro de gran satisfacción?

 -El haber jugado una partida pública con los lectores de Juventud Rebelde, que es decir los aficionados de todo el país, en 1975. Según me dijiste, se recibían miles de cartas semanales. También el Curso de Ajedrez Medio y Superior por Radio Rebelde, que comencé a impartir a inicios de 1977 y se publicó en forma de folleto.

-¿Cuándo te enteraste que eras el primer Maestro Internacional de Cuba?

-Me aprobaron el título por mi actuación en Leipzig 1960, pero el cable de la Fide llegó mientras disputaba mi partida con Klaus Darga en el II Capablanca, en 1963.

-Cuba organizó campeonatos panamericanos en 1963, 1966, 1968 y 1970. Canadá cerró la cronología en 1974. ¿En cuántos participante y quiénes fueron los vencedores?

-Participé en los cinco. Gané los del 63, 66 y 70. Silvino García ganó el del 68 y el norteamericano Walter Browne el del 74.

-Además de un Zonal y tres Panamericanos, ganaste un torneo internacional. ¿Cuál?

– El VI Costa del Sol, en Málaga. Compartí el éxito con el Gran Maestro belga Alberick O´Kelly, ambos en calidad de invictos, con cinco victorias y seis empates, 8 de 11, para el 72 por ciento.

-En tu tercera incursión te agenciaste un Zonal, el de Quito en 1969. ¿Cómo fue el torneo?

-Muy reñido. Compartí el primer lugar con el acuatoriano Olavo Yépez y más tarde tuve que derrotarlo en un match para ganarme el derecho de ir al Interzonal de Palma de Mallorca en 1970.

-¿Tu torneo más fuerte?

-Sin duda. Más que el IV Capablanca, que era la anterior referencia.

-¿Cómo fue la actuación de Fischer allí?

-Espectacular. Nadie lo sabía entonces, pero fue su último torneo. Triunfó con 3,5 puntos de ventaja sobre el trío de ocupantes del segundo escalón, Larsen, Gueller y Hubner. Hizo rendir nada menos que a 15 reyes, entabló siete y su único revés ocurrió frente a Larsen.

Fischer Jiménez en La Habana,1966.

-¿Pero Fischer no pudo derrotar a Jiménez?

-Jiménez estuvo a punto de derrotar a Fischer, pero no sellé la jugada precisa y eso le propició las tablas.

-¿Dónde fueron tus partidas y los resultados con Fischer?

– Las tablas fueron en Leipzig 1960, en La Habana 1965 y en Palma de Mallorca 1970. La derrota ocurrió en la Olimpiada de La Habana, 1966.

-Jugaste en siete olimpíadas. ¿Cuál fue para ti la más importante?  ¿Cuál la de mejor resultado?

-Más importante la de La Habana, porque estábamos en casa y porque clasificamos para el Grupo A. Mejor resultado en Niza 1974, porque en el cuarto tablero finalicé invicto y rendí para el 80 por ciento.

-Propiciaste el debut olímpico de nuestras damas en 1984. ¿Por qué?

-Porque las mujeres tienen ese derecho y cada vez son más peligrosas cuando rivalizan con los hombres. Estoy muy contento con el resultado. Vivian Ramón jugó como si ya fuera Gran Maestra.

-¿Tu opinión sobre Capablanca?

-Ha sido el jugador más completo de todos los tiempos. Sus partidas asombraron al mundo y también a mí. Era un táctico por excelencia.

-¿Le ganaste dos veces al exacampeón mundial Vasili Smislov en los memoriales Capablanca?

-En el IV, 1965 y en V, 1967. Con mucha humildad analizó nuestras partidas.

-Antes, cuando Smislov ganó el Memorial Aliojin de 1963, en Moscú, aseguró que entre los ajedrecistas extranjeros, el campeón cubano Eleazar Jiménez demostró gran madurez, especialmente en los finales de partidas. ¿Y qué opina Jiménez de Smislov?

-Es un genio de las pequeñas ventajas del juego de posición, pero también un gran táctico. Es en extremo conocedor de las aperturas y en la actualidad el mejor finalista que existe.

(Jiménez no lo supo, pero cuando vino a Cuba por vez primera en 2004 Anatoli Karpov declaró que el primer ajedrecista cubano que conoció fue a Eleazar Jiménez, pues siendo niño lo llevaron a ver el torneo internacional de Moscú en 1963, y sintió admiración por algunas de sus partidas).

-Me hubiera gustado hacerle esta pregunta pero se me adelantó el querido colega Frank Guiral, de Prensa Latina: -¿Cuál ha sido tu contrario más difícil?

-El del día.

 EL TURNO PARA EL PERIODISTA

Simultáneas a la entrada de JR. El joven que juega con Jiménez es el casi septuagenario autor.

Comenzó a escribir en La Tarde, en 1963, y en la revista Mella. Publicó también en el periódico Adelante, de Camaguey, y en revistas como Bohemia, LPV, Cuba, Prismas, Jaque Mate y Boletín Ajedrez de RR. Igualmente redactó para Prensa Latina. También hizo televisión y radio. En 1982 recibió la medalla Félix Elmuza.

En el primer número de Juventud Rebelde, el 21 de octubre de 1965, apareció su sección EN-RO-QUE. Una década después lo invité a recibir un homenaje en JR y el carismático periodista Guillermo Cabrera Álvarez, a quien Fidel le puso el mote de Genio años más tarde en un Congreso de la UPEC, le dijo:-Yo quiero jugar una partida contigo, pero que tú te dejes ganar.

Por muy en broma que fuera la propuesta, Jiménez le contestó: –Yo en público no me dejo ganar por nadie. Pero si tú vas a mi casa y estamos a solas, yo te dejo ganar una partida.

 

FIDEL Y JIMÉNEZ EN NOCHE DE AJEDREZ

Después de la entrega de premios de la olimpíada del 66, el 20 de noviembre, Fidel dialogó con el periodista Eddy Martin y con varios invitados. En determinado momento dijo: — Yo he descubierto que lo único que me hace estar toda una tarde tranquilo, sin moverme de un lado para otro, es el ajedrez. Anoche mismo, al terminar la simultánea, estuve con Eleazar y otros maestros y nos dieron las ocho de la mañana. Aprendí muchas cosas, sobre estrategia, dominio de la línea central, las diagonales, etcétera.

Al terminar su partida con Petrosian, en las simultáneas de la Plaza de la Revolución, Fidel invitó a Jiménez y al argentino Carlos Bielicki, que había sido campeón mundial juvenil, a extender esa noche dedicada al ajedrez. Así, en otro sitio, disputaron muchos duelos de reyes y alfiles.

Jiménez me aseguró que en su amplia experiencia como docente nunca había visto a alguien que asimilara tan rápidamente los importantes conceptos de tiempo y espacio en el ajedrez como Fidel Castro los captaba. Y tanto, que la velada terminó con una partida de Fidel con Bielicki que fue tablas,  porque era tablas.

“Siempre sentí admiración por Fidel –comentó Jiménez- pero nunca había tenido una visión suya mediante el prisma del ajedrez, como sí la tenía del Che. Su experiencia como jefe guerrillero la volcaba con talento natural sobre el tablero y esa noche comprendí de golpe la historia, comprendí cómo Fidel pudo conducir a un grupo de valientes a la victoria sobre un ejército que le aventajaba en hombres y armas”.

LA INMORTAL DE ELEAZAR JIMÉNEZ

Esta es la partida que Eleazar Jiménez considera como su inmortal. Fue jugada en el II Panamericano, en 1966, frente al campeón chileno René Letelier. Me contó: — Letelier saltó en su silla cuando le hice el sacrificio de dama y después me dijo que ni se imaginó que eso podría ocurrir.

Blancas: Jiménez – Negras: Letelier

1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 a6 6.Ag5 e6 7.f4 Db6 8.Dd2 Dxb2 9.Tb1 Da3 10.Axf6 gxf6 11.Ae2 Cc6 12.Cxc6 bxc6 13.0–0 Ae7 14.Tb3 Da5 15.Rh1 0–0 16.f5 exf5 17.Dh6 f4 18.Cd5 cxd5 19.Txf4 Rh8 20.Dxh7+ Rxh7 21.Th4+ 1–0

ORO PARA UN FINAL

Falleció el 5 de mayo de 2000, en vísperas de inaugurarse en Varadero el 35 Memorial Capablanca. Fue enterrado al día siguiente. Sus hijos me pidieron que despidiera su duelo en el cementerio de Colón. En la clausura del Capablanca se dio a conocer que el Che fue condecorado con la Orden Caballero de la Fide y que fue inscripto en el Libro de Oro de la Fide, junto al MI Eleazar Jiménez y al Árbitro Internacional José Luis Barreras.

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Jesús G. Bayolo
Es periodista e historiador del ajedrez, toda una autoridad del tema en Cuba.

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