COLUMNISTAS

Un litigio cerril

Si en los últimos 70 años las relaciones y derroteros mundiales no padecieran el gran influjo de Estados Unidos, posiblemente sus elecciones despertaran curiosidad pero no tan fuerte interés. En esta ocasión, cabe insistir en el tamaño de las expectativas y criterios en pro o en contra sobre los desenlaces. Cabe esperarlo pues al interior del poderoso país también existen diferencias de opinión.

El rechazo tajante de Donald Trump a dejar la Casa Blanca tiene apoyo en un amplio sector del Partido Republicano y dentro de esa masa crítica que votó en su favor. No es poco haber logrado 70 millones de adherentes dentro de un marco social profundamente fraccionado, donde su contrario obtuvo 74,8 millones, un récord en la historia de los comicios norteamericanos, que Trump califica de fraudulentos.

El inicio de un plan para impugnar los resultados en favor de Joseph Biden, buscando un recuento de las boletas, tiene asidero en lo reñido de los números en algunos estados. A reserva del tono y contenido de las exigencias, esas demandas deben concluir el 8 de diciembre venidero, fecha fijada por ley para el término de las disputas, arqueos de los votos o cualquier otra refutación judicial.

Según la costumbre, -así ocurrió ahora- son los medios de comunicación los primeros en dar a conocer al ganador, basados en la suma obtenida por cada aspirante a escala nacional. En este caso, 290 papeletas electorales para Biden y 214 hacia Trump, cuando quedaban pendientes algunas plazas cuestionadas o sin concluir la tabulación. Es eventualmente posible acrecentar lo ya obtenido por la fórmula Biden-Harris en ese foto-finish y otro tanto para el todavía presidente.

Vale reseñar, por lo notable de las señales prevalecientes, que el gigante difusivo la Voz de América, servicio radio- televisivo del gobierno norteamericano, con alcance en unos 100 países, haya evaluado en positivo los cómputos manejados por las agencias de noticias Reuters y Associated Press, tras pasarla por sus propios filtros, dando ganador a Biden. Ese medio, además, continuó ofreciendo informaciones sobre los pasos del ganador, validando de una u otra manera, su éxito. Algo en esa cuerda se trasunta de las felicitaciones hacia Biden por parte de numerosos jefes de estado, entre ellos tan afines como el Reino Unido e Israel.

Por delante queda un importante número de asuntos por ventilar. Según lo estatuido, cuando concluye el conteo de votos, cada gobernador de los 50 estados articula la lista de electores y estos deben reunirse el venidero 14 de diciembre con sus conclusiones. Después, trasladan al Senado y al Archivo Nacional los Certificados de Votos.
Las dos cámaras del Congreso procederán a reunirse después y, partiendo de lo considerado por los 538 miembros del Colegio Electoral, certificarán oficialmente quién será el presidente. Ese paso está previsto para el 6 de enero del 2021 y daría acceso a la toma de posesión el día 20.

El desempeño de los reclamos a través de acciones legales, obtuvo, como era de esperar, el beneplácito del fiscal general William Pelham Barr, venia que causó la renuncia de Richard Pilger, figura principal a cargo de supervisar reclamaciones.

Pese al cronograma pre establecido y nunca vulnerado, Donald Trump tiene a su disposición dos meses en el poder y todas las potestades del cargo, en el supuesto que pierda el pleito. Su trayectoria y peculiaridades dan pie a deducciones anticipadas sobre cuánto hará en ese lapso. Unos apuestan a que va a castigar a distintos miembros de su ejecutivo y quizás culparlos del fracaso o desquitarse por cualquier diferencia o contradicción ocurridas en su entorno. De hecho, comenzó por destituir al jefe del Pentágono (ministro de defensa en otros sitios) Mark Esper.

La más problemática entre todas las posibilidades manejadas, apunta hacia movimientos dentro del mismo ámbito judicial, bien para ser confirmado en un segundo mandato por esa instancia o, en su defecto, procurando mantener la inmunidad, pues de vuelta a la vida corriente, le esperan varias demandas por evasión fiscal y otras irregularidades. En su beneficio contaría con los 6 jueces republicanos de la Corte Suprema, incluyendo a su titular, la recién nominada ultraconservadora Amy Coney Barrett, elegida por Trump para ocupar el puesto de la fallecida Ruth Bader Ginsburg. Pese a la proporción en su favor, no es posible aventurar el resultado si se produjera uno u otro lance.

Buscando dejar un legado a tono con su mandato, también se conjetura realice algunas determinaciones destinadas a dificultar o impedir los propósitos anunciados por Biden. Entre ellos los relacionadas con Irán pues el recién electo afirmó que retomaría el acuerdo nuclear con el país persa. Síntoma inicial son las órdenes de nuevos castigos para Teherán.

En lo inmediato, según The Washington Post, la instancia a cargo de contribuir al traspaso, como es costumbre, de una a otra administración, se negó a permitir un inicio formal de su trabajo al equipo del elegido.

Ello imposibilita avanzar en la fuerte y urgente faena de un comité de científicos y expertos para atender rápidamente el gravísimo ascenso de la Covid-19, como pretende Biden.

“Habrá una transición tranquila hacia un segundo gobierno de Trump”, dijo Mike Pompeo, secretario de Estado, ante la prensa cuando fue interrogado sobre los contactos habituales entre el equipo saliente y el que llega.

Intentando una imagen de normalidad y permanencia, la administración Trump instruyó a las agencias federales a cargo del presupuesto para el próximo año fiscal, para concluir el trabajo en esa materia. El informe dado por The Washington Post, aclara que ese anteproyecto debe ser presentado en febrero, según lo previsto, luego es otra demostración del empeño en mantener el poder, pese a que miembros prominentes del Partido Republicano y hasta familiares de Trump le instan a un traspaso honorable.

Otro tema pendiente y de importancia está en el empate en la membresía del senado, algo a solventarse el 5 de enero con una segunda vuelta en Georgia. Los estimados dan otro posible empate, esta vez en 50-50 escaños, si no se dilucida ese certamen en favor de los conservadores. La importancia de tales números radica, sobre todo, en la viabilidad de las futuras resoluciones pues en la cámara alta del legislativo se frenan o avanzan casi todas las determinaciones ejecutivas.

En tanto, si dentro de Estados Unidos existe expectación, también fuera hay suspenso. Las crispadas relaciones de este gobierno al retirarse de varios tratados económicos y aplicar medidas proteccionistas en el comercio, el abandono del multilateralismo, son cuestionados por muchas naciones.

Pero son, ante todo, atendibles los perjuicios provocados al profundizar viejas heridas etno-sociales, y darle estímulo a sectores extremistas estadounidenses, el peligro mayor si permanece en el cargo. Eso se anota en las consideraciones de diversos observadores viendo la sociedad tan dividida y lastimada. En tanto otros analistas aseguran que incluso si pierde finalmente, su impronta va a permanecer influyendo.

Esa sería una eventualidad impronunciable.

One thought on “Un litigio cerril

  1. Excelente cronología que expresa de forma analítica los eventos que ocurrirán de no renunciar Trump a su obstinada postura en mantener el pleito de que hubo fraude en las elecciones presidenciales . Ahora la caja de Pandora está abierta y con ellas las heridas que dejará en lo interno de los Estados Unidos y en la arena internacional la supuesta democracia estadounidense.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *