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Dimitri Bjelica, el más conocido de los periodistas

Dimitri Bjelica era el más conocido de los periodistas en todos los confines cuando comencé a adentrarme en el universo ajedrecístico en 1964 y en 2010 logré una entrevista con…

El periodista de los récords en ajedrez

Una tarde de 2010 Roberto Mayor, presidente del Club Capablanca, me telefonea para decirme que Dimitri Bjelica se había aparecido en el club y le dije:– Retenlo ahí, que voy para allá. No podía perderme la oportunidad de encontrarme con el colega que no conocía y tanto admiré.

Me dijo que hablaba siete idiomas, pero yo se lo rebajo a seis y medio, o por lo menos a seis y tres cuartos, porque en español… Así y todo le hice una entrevista que publico por primera vez, porque la original, grabadora en mano, fue para el programa de Danilo Buela en Radio Rebelde.

Nació el 8 de noviembre de 1935 en Yugoslavia. Hoy el octogenario periodista, escritor, ajedrecista, recordista Guinness y hasta “campeón mundial” reside en Serbia y es padre de una famosa escritora, Isidora Bjelica, así como abuelo de dos nietos.

–¿Cuántos años tienes?

Yo digo que el ajedrez tiene 64 casillas, así que siempre 64.

–¿Y cuántas casillas del segundo tablero?

¡Ah!, no esperaba eso. Sí, creo que tengo que pasar ya a un segundo tablero.

–¿Cuándo iniciaste tu actividad periodística?

Hace demasiadas casillas. Comencé a reportar olimpíadas desde Munich 1958.

–¿Y tu Olimpíada favorita es…?

La de La Habana. Los días 8 y 9 de noviembre celebramos los cumpleaños Mijail Tal y yo. Yo soy del 8. Fuimos a Tropicana, donde estaban las más lindas chicas.

–¿Te hiciste Árbitro Internacional?

–Sí, y he oficiado en el torneo de Linares.

–Además de tu periodismo diverso, ¿cuántos libros has escrito?

Libros, 103 y he publicado 88 DVD, la mayoría de ajedrez.

—Parece un récord. ¿Por qué estás en Cuba?

Porque me gané un viaje en avión y escogí La Habana para venir a la ciudad que me cautivó hace 44 años y recordar muchas cosas, como la vez que estuve aquí mismo, en el Club Capablanca, con Robert Fischer.

–De Fischer vamos a hablar más adelante. Además ¿cuáles son tus principales amigos ajedrecistas?

Todos. Tal es un tipo fantástico. Muy buena persona. Escribí además de un libro sobre Fischer, tres sobre Tal y cinco sobre Karpov. Spasski también es excepcional, maravilloso.

–Conozco un récord mundial tuyo sobre un avión. ¿Hay más?

En el Libro de Récords Guinness tengo registrados dos. Uno es el de la sesión de simultáneas de 312 tableros en Subótica en 1997, con score de 219 victorias, 92 tablas y una sola derrota.

–Eso es fabuloso, ¿y el otro?

Uno de 56 partidas a ciegas el 25 de mayo también de 1997 en Herceg Novi, una ciudad del suroeste de Montenegro. Gané 51, entable 4 y perdí una.

–Parece increíble, ¿pero y los récords sobre aviones?

Un día se me ocurrió y he dado cinco simultáneas en aviones: De Belgrado a París (¿?), de Ciudad México a Belgrado (1976), de Los Ángeles a Nueva York (1984), de Belgrado a Dubai (1986) y de Belgrado a Nueva York (1990).

–¿Pero son récords mundiales?

–Sí, claro, aunque no están en el libro de Guinness.

–¿Cómo se te ocurrió inventar un distinto juego de ajedrez?

Antes de idear el suyo, Fischer me dijo “Dimitri inventa un juego en el que puedas ser campeón, pues ya existe mucha teoría en el ajedrez”. Él me dio la idea, pero no dijo cómo.

–¿Cuál es el nombre y cómo se juega?

Le puse Ajedrez Mágico. Es como un ajedrez tradicional, pero se juega con un dado, que lanza el oponente.

–¿Cómo es ese dado?

Tiene las piezas, del peón a la Dama, y hay que mover la que salga. Donde toca la figura del Rey está la del Che Guevara. Vale como un joker, porque cuando sale Che, se puede jugar cualquier pieza y se obtiene otro turno para lanzar el dado.

–¿Las reglas?

Las mismas del ajedrez. Si el Rey es atacado, se mueve o defiende, sin dado. Si se queda el Rey solo, entonces el oponente tiene que dar mate en 30, o es tablas.

–¿Por qué la imagen del Che en el dado mágico?

El Che era un buen ajedrecista y para mí es un ídolo, como para muchos en mi país. Cuando jugué 39 partidas en avión desde Belgrado a París lo hice en honor al Che, que vivió 39 años.

–¿Y el vaticinio de Fischer con el juego te ha servido para ser campeón?

 Soy el campeón mundial luego de ganarle al Gran Maestro Lothar Schmidt. De hecho, ya no juego otro ajedrez que no sea el de mi creación. Cada partida es un homenaje al Che.

–Cuando le pediste opinión a Dragoljub Ciric en 1967 sobre quién es el mejor jugador de la historia, te contestó: ¡Qué pregunta, es Bobby Fischer! ¿Y qué te contestó el propio Fischer?

— “Debe haber sido Morphy”.

–¿Cómo es posible que fueras tan amigo de Robert Fischer, tal vez su mejor amigo, siendo periodista?

Bobby no quería entrevistas, no quería periodistas. Yo me encontré con él por primera vez en Portoroz durante el Torneo Interzonal de 1958. Él tenía 15 años. Cruzaba de su hotel al salón del torneo sin fijarse en nadie. Luego volvía al hotel y empezaba a analizar con su secund William Lombardy.

–¿Cómo sigue la historia?

Después en todas sus numerosas competencias pasé mucho tiempo con Bobby y nos hicimos buenos amigos. Lo acompañé en el hospital donde ingresó después del torneo de Bled de 1962, aquejado de apendicitis. Así pude escuchar muchas cosas de su vida.

–¿Me cuentas algunas anécdotas, aunque ya las hayas escrito, para que quienes no las saben se enteren y quienes las saben las recuerden?

En Zurich 1959 Bobby se paseaba por todas partes leyendo un libro de Tarzán. Entré en su cuarto del hotel y parecía que iba a someterse a un examen de idioma ruso. Sobre la mesa había un montón de revistas rusas. El libro “La escuela soviética de ajedrez” yacía ahí abierto y cerca cuatro juegos de ajedrez de bolsillo.

–¿Cómo fue lo del final que no pudo resolver?

Ocurrió en Sarajevo, donde yo vivía. Llegó el 19 de junio de 1959 y ese día fuimos de una librería a otra, comprando muchísimos. Vio un final compuesto muy complejo y trató de resolverlo, pero después de media hora dijo: “Es muy difícil, nada como esto sucedería nunca en un juego real”.

–¿Y el juramento de la oreja?

Fue en el Torneo de Candidatos de Bled en 1959. Antes de un enfrentamiento con Smislov fuimos al cine a ver Ansia de vivir, basada en la vida de Vicent Van Gogh. Después de la escena en que el héroe se corta su propia oreja, Bobby me dijo: “Me cortaré una si no le gano a Smislov mañana”. Por suerte conservó sus dos orejas.

–¿Algo breve de los muchos acontecimientos entre Tal y Fischer?

Ellos le añadieron fuerza al ajedrez e incrementaron su interés mundial. Eran muy amigos y rivales sobre el tablero. Tal le ganó 4-0 en Bled y él quería desquitarse en Leipzig 1960, a donde acudió con seis trajes a la última moda. Pero fueron unas tablas espectaculares. Por fin le ganó la primera partida a Tal en el torneo de Bled 1962. Esa noche se sentía tan feliz que asistió a un “night club” y tomó el micrófono para cantar “Cuando los santos entran marchando”.

–¿Puedes ofrecerme una anécdota sin ajedrez?

En Estocolmo 1962 aprendió a jugar al billar. El colombiano Miguel Cuéllar fue su maestro. Bobby era un alumno muy bueno en todos los aspectos. A menudo íbamos a bailar y brillaba, especialmente en el twist.

–¿A qué atribuyes su comportamiento “extraño” cuando tenía una edad madura?

Quizás algunos de sus problemas hayan surgido a causa de haber llegado a la fama tan extraordinariamente joven.

–¿Tuvieron discrepancia alguna vez?

Fischer se quejó una vez. Dijo “Dimitri escribe siempre mis secretos”. Le contesté: -Yo soy periodista, tengo que hacer eso.

La pluma…para anotar jugadas

Blancas: Dimitri Bjelica – Negras: Venancio del Hoyo

Tarragona, 1960

 

1.e4 c5 2.Cf3 Cf6 3.e5 Cd5 4.c4 Cc7 5.Cc3 e6 6.d3 Ae7 7.Af4 d5 8.exd6 Axd6 9.Axd6 Dxd6 10.Ce4 Db6 11.Dd2 0–0 12.Ae2 Ce8 13.0–0 Cd7 14.d4 cxd4 15.Cxd4 f5 16.Cc3 Cdf6 17.Ca4 Dd8 18.De3 Ce4 19.f3 Dg5 20.Dd3 C4d6 21.c5 Cf7 22.f4 Dd8 23.Tad1 Da5 24.Dc4 Cc7 25.Cc3 Ca6 26.Cb3 Db4 27.Tfe1 Rh8 28.Dxb4 Cxb4 29.Ac4 Te8 30.Cd4 Cd8 31.Cxf5 1–0

 (NOTA: Fischer no clasificó para el Interzonal de Palma de Mallorca 1970 porque no había jugado el campeonato de su país. Un destacado Gran Maestro publicó que “Ni Bjelica sabe cuánto tuvo que pagarle Fischer a Benko por ese puesto”. Fischer ganó holgadamente el Interzonal y luego de derrotar a Taimanov, Larsen y Petrosian le quitó el campeonato mundial a Spasski en 1972).

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Jesús G. Bayolo
Es periodista e historiador del ajedrez, toda una autoridad del tema en Cuba.

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