IDIOMA ESPAÑOL

¿Metáforas eléctricas?

¿Se le ha ocurrido pensar alguna vez cuántas palabras o expresiones de la lengua común tienen su origen en los fenómenos naturales o en las ciencias que los estudian? Pues sí, la lengua que hablamos es también resultado de un proceso continuo de interacción entre todos nuestros saberes.

Por ejemplo, relacionadas con el rayo y el trueno, manifestaciones de la incontrolable energía de la Naturaleza, existen en nuestra lengua común un sinfín de locuciones o frases: rápido como el rayo o como el relámpago, ser un relámpago, caer como un rayo, saber u oler a rayos, escapar del trueno para dar en el relámpago, echar rayos y centellas, o ¡que te parta un rayo!, entre otras.

Recargar las pilas (o baterías) en un sentido metafórico significa “recuperar las fuerzas, la energía”. Pero también resulta común escuchar, entre estudiantes y jóvenes en general, ponerse las pilas, en el sentido de “elevar la atención” o su contrario agotarse las pilas, “acabarse las fuerzas”, y desconectar o desenchufar las pilas, o simplemente desconectar es “dejar de prestar atención”.

La palabra pila aparece en la primera edición del Diccionario de la lengua española (1737), como “montón, rima o cúmulo de algo” y batería procede del lenguaje militar y no fue hasta la edición de 1884 que apareció con una acepción relacionada con la Física: “reunión de varias pilas que, comunicadas entre sí, producen gran acumulación de electricidad”.

La voz electricidad entró al diccionario en 1803 en compañía de electrizar, “comunicar electricidad a un cuerpo”; pero enseguida pasó al habla común con el sentido de “exaltar, avivar, influenciar el ánimo de alguien”. Igual ocurre con galvanizar, como “dar vida momentánea a algo” o “reactivar un sentimiento”, y magnetizar, como “hipnotizar” e, incluso, como “atraer, fascinar a alguien”.

Se le fundió un fusible se usa para significar que alguien dijo o hizo un disparate y, por el contrario, se le encendió un bombillo indica que se ha tenido una idea brillante.

Es posible escuchar que una película tenía escenas de alto voltaje o alta tensión, que a alguien se le cruzaron  los cables, y muchas otras frases como echar chispas, quedarse a oscuras, apaga y vámonos, ser un iluminado, tener pocas luces... muchas anteriores al propio concepto de electricidad.

En fin, que la electricidad y sus conceptos no constituyen una excepción en esa interacción constante que se produce entre los conceptos de cualquier rama de la ciencia o el conocimiento humanos y la lengua común. Es este un fenómeno en el que la metáfora se viste de cotidianidad, no exenta de poesía.

Foto del avatar
María Luisa García Moreno
Profesora de Español e Historia, Licenciada en Lengua y Literatura hispánicas. Periodista, editora y escritora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *