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“Mientras me quede una neurona seguiré haciendo periodismo”

Por Gardenia Companioni Chio∗

A mi madre, incansable luchadora, y a todos los periodistas que hacen posible que perdure la memoria histórica de la nación

Evangelina, mientras recogía anécdotas de Fidel para el periódico Revolución

  Esencial es para un pueblo que mira al futuro, recordar cuál fue su pasado. Y en el empeño de conservar esa memoria histórica juegan un papel esencial escritores e historiadores, pero también aquellos periodistas capaces de cronicar todo lo que acontece a través de los años para que perdure en el tiempo sin importar la naturaleza de la noticia: políticas, culturales, económicas, sociales, deportivas, científicas; todas ellas conforman la historia de una nación.

Al fallecer mi madre, la periodista Evangelina Chio Vidal, no supe qué hacer con esas fotos personales de una etapa de su vida que me fue revelada, junto a mi hermano, por pura casualidad. Su humildad y sencillez jamás le permitieron hacer alarde de esa misión: reportar al triunfo de la Revolución los recorridos de nuestro Comandante en Jefe y líder histórico Fidel Castro, así como de otros dirigentes en esa etapa inicial de profundas reflexiones y transformaciones.

 

Junto a Lina, la madre de Fidel.

Rebelde desde muy joven

Fue entonces que conocimos -primero por nuestros tíos, luego por ella y sus autobiografías- de manifestaciones y huelgas estudiantiles; de su ingreso en la Juventud Ortodoxa a los 17 años; de sus actividades políticas como la protesta contra el golpe de Estado, sin faltar detenciones en el Vivac, en el Escuadrón 18 del Cuartel Moncada y en la estación de policía de Holguín, más juicios por recibir a dirigentes del Partido Ortodoxo y reuniones ilícitas. De su amistad con Frank País, porque fueron compañeros de estudio. De las torturas por los Mansferrer a su hermana Asia Elena, cuando juntas las detuvieron acusadas de agredir a un esbirro; el constante peregrinar de la familia por más de cuatro viviendas huyendo de los registros de la policía en busca de propagandas, armas. También de cómo tuvo que huir hacia Pinar del Río, advertida de que se fraguaba su asesinato por pertenecer al Movimiento 26 de Julio. Pero no importaba el peligro, porque Evangelina continuó su lucha, protestas, reuniones clandestinas, “había que ganarle la guerra a Batista a toda costa”, decía. No fue el único miembro rebelde en la familia, la acompañaron su hermano Juan Carlos y su hermana Margarita. Su padre, de origen chino, se encargaba de esconder a mi tío cuantas veces hiciera falta.

 Inicios en el periodismo

 En 1953 Evangelina Chio comenzó sus estudios en la Escuela de Periodismo de Oriente Mariano Corona Ferrer, pero se graduó en 1959, debido a las constantes interrupciones a tenor de la lucha revolucionaria. Ya desde los inicios de la carrera escribía la columna diaria “Desde la escuela del Periodismo”, que mantenía en el periódico Prensa Universal, al tiempo que colaboraba con otras publicaciones donde aparecieron sus primeros reportajes.

De 1954 a 1957 trabajó como redactora del Noticiero y de Radio Reloj para la cadena provincial de CMKC, para los que reportó varios aspectos del juicio a los revolucionarios participantes en los sucesos del 30 de noviembre, y ejerció prácticas en el periódico Oriente.

A pesar ser alumna practicante logró realizar una larga entrevista al Monseñor Enrique Pérez Serantes sobre la supervivencia de Fidel en la Sierra Maestra, la cual fue transmitida por CMKC y publicada a plana completa en el periódico Oriente. También entregó propaganda y bonos para las ediciones clandestinas del Sierra Maestra -del que fue fundadora- y Revolución, que vendía y distribuía junto al compañero Helvio Corona.

En entrevista con Vilma Espín

Trabajó para el periódico Revolución desde su intervención en 1959 y luego integró el grupo de reporteros para el Sierra Maestra, donde publicó reportajes sobre la transformación revolucionaria, así como un serial de entrevistas con los héroes de la última epopeya y dirigentes revolucionarios, incluido el Comandante en Jefe, Fidel Castro. Prestaba servicios en la ciudad de Holguín en 1960, cuando cayó el cohete “matavaca”, cuya noticia envió a Santiago y La Habana por órdenes directas de Fidel, quien la invitó a participar en sus recorridos por la provincia oriental, reportajes publicados en Revolución.

Interrumpió su labor periodística en 1961 por ser seleccionada para integrar el primer curso de la Escuela de Servicio Exterior y al terminar con buen expediente, fue designada para otro de seis meses en la Escuela de Instrucción Revolucionaria. En ese organismo laboró hasta 1969 cuando regresa a su labor periodística, ya siendo madre de dos niños.

De vuelta al ruedo

Luego de una breve etapa en el Consejo Nacional de Cultura, retomó su carrera periodística en la Revista Mujeres con una participación activa que le mereció varios galardones y reconocimientos.

En 1972 comenzó en la Revista Revolución y Cultura. Publicó reportajes, entrevistas, comentarios y artículos sobre las distintas manifestaciones del arte y la televisión. En 1979 terminó la Licenciatura en la Universidad de La Habana.  Se jubiló por atrofia de la artritis reumatoide en 1990. Innumerables artistas de Cuba quedaron plasmados en los trabajos de Evangelina Chio. Sus artículos han servido de bibliografía para algunos estudiosos foráneos de la cultura cubana. Múltiples fueron los cargos y funciones que ocupó durante su vida profesional. Colaboró con los periódicos Granma, Trabajadores, Tribuna de La Habana, la sección de Apuntes de Radio Liberación y con las revistas Verde Olivo, Bohemia, Opina y Cuba en el Ballet. También con emisoras de radio.

Jubilada pero no retirada

Evangelina y su hija Gardenia (2013), en un almuerzo ofrecido por la Upec a periodistas laureados.

Para Evangelina retirarse del oficio era impensable: “mientras me quede una neurona pensante, al igual que Fidel, seguiré haciendo periodismo” –decía. En tanto la enfermedad no arreció, continuó asistiendo a las reuniones de la UNEAC y la UPEC; nunca dejó de ejercer como crítica de Radio, Cine y Televisión. Hizo varias entrevistas, ya fuera en casa o por teléfono, y si había que acudir al entrevistado se auxiliaba de los bomberos, ya en su etapa dialítica. Sus últimas colaboraciones fueron con Radio Reloj, Somos Jóvenes, La Calle del Medio y la Gaceta de la UPEC. Prometido al colega Eduardo Yassel, quien presidía la delegación de jubilados del gremio, en su último día de vida, ya casi sin vista, intentaba continuar un artículo sobre la repercusión de la visita de Barak Obama a Cuba y otros países, escrito que conservaré como su último e incipiente trabajo.

Nunca aceptó homenaje alguno por su trayectoria revolucionaria y por su entrega profesional; mas le fueron otorgadas las distinciones José Martí de la UPEC, Juan Manuel Márquez, Raúl Gómez García, Félix Elmuza y la Moneda Conmemorativa 50 Aniversario de la UPEC.

Segura estoy, que, como mi madre, existen otros colegas con historias de vida similares o más interesantes y conmovedoras. Creo importante que se conozca cómo los periodistas forjan la historia desde su labor para que otras generaciones no olviden cómo se ha construido esta Revolución. A todos, dedico parte de estas fotos personales, en este nuevo aniversario del natalicio de nuestro líder histórico.

Periodista de Radio Reloj

 

 

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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