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Cuba y el mismo mar y río de pueblo

“A la felicidad del obrero se va por la felicidad de la patria.” José Martí…” Por eso hoy es el día de todos los revolucionarios, de todos los revolucionarios unidos, porque en eso radica y radicará siempre el éxito y la fuerza de nuestra Revolución.” Fidel.

Cuando en Cuba este primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, desfilaron millones de habitantes a lo largo y ancho del país, y en especial, en las plazas de la Revolución de La Habana y Antonio Maceo en Santiago de Cuba, y en el  resto de las capitales de provincias, en una proporción superior al de cualquier otro país del mundo, los enemigos y los incrédulos podrán creerlo o no, pero será cierta la imagen que están viendo sus ojos ciegos por la enemistad o la incredulidad.

Cuando ese mismo río y mar de de todos los colores en sus vestimentas, de civiles y militares, de todas las razas, de todas las creencias religiosas o de ninguna, de todas las edades y géneros, de todas las ocupaciones, de todas las enseñanzas, agrupados en todas las organizaciones que distinguen la identidad denominada pueblo cubano, realizaron ese desfile como si participaran en la mejor de las fiestas, manifestando entusiasmo, compromiso, deber, dignidad y disposición de defensa y lucha, los enemigos dirán todo lo que quieran, querrán disminuir la magnitud de las multitudes, tratarán de negar o mentir sobre las motivaciones verdaderas de cada hombre o mujer, de niños, jóvenes, adultos y ancianos, pero serán ciertos los sentimientos e ideas que los mueve a mostrar ante mundo su rostro verdadero y viril, así como su pujanza.

Ese mismo mar y río de pueblo ha mostrado su presencia durante todas las conmemoraciones celebradas desde el triunfo de la Revolución.

Todos los que desfilaron en La Habana, echarán de menos a Fidel, mirarán hacia la tribuna presidida por la efigie de José Martí y sentirán la nostalgia por no verle de uniforme verdeolivo, risueño y optimista, durante las largas horas del desfile. Pero estará allí en la tribuna representado en Raúl y la máxima dirección del país, desfilará acompañado por la multitud que porta sus ideas, sus consignas, su efigie y su lealtad de siempre. Y se hará realidad el simbolismo de que Fidel y pueblo, de que Revolución y pueblo, son una misma cosa, y que por eso hoy el pueblo le rinde homenaje con motivo de su noventa aniversario.

Para comprender las razones de lo expuesto, bastará citar algunas ideas del primer discurso de Fidel durante un primero de mayo, el de 1960, ya que en 1959 se encontraba de visita en los Estados Unidos, donde pronunció un discurso en Nueva York el 2 de mayo. Por la riqueza de los argumentos sustentados por Fidel en ese discurso de 1960, recomendamos la lectura completa del mismo, pues allí está la génesis de todo lo que hemos vivido y lo que ha expresado, siempre con una fuerza renovada y mayor, el pueblo cubano durante la larga historia de las celebraciones del primero de mayo en el período revolucionario.

En el discurso de primero de mayo de 1960, Fidel se dirigió a los distinguidos visitantes de América Latina y de todo el mundo que  asistían al acto, a los trabajadores, a los campesinos, a los estudiantes, a los profesionales, a los milicianos de la patria, a los patrulleros juveniles y a todos los cubanos.

Luego expresó en su introducción:

“En otras ocasiones nos hemos reunido en actos grandiosos, … pero en ningún momento anterior se había reunido el pueblo en número mayor ni en acto tan significativo como este de hoy, en que se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores y, por tanto, el día de los trabajadores cubanos, pero, además, el día de los campesinos cubanos, el día de todos los que producen, el día de los humildes de nuestro pueblo; el día de los que no solo trabajan con sus brazos o con su inteligencia produciendo bienes y servicios al país, sino también el día de aquellos sobre cuyos hombros descansa, en esta hora decisiva de la patria, la defensa del país y la defensa de la Revolución.  Es también el día del soldado rebelde, de los heroicos combatientes del ejército revolucionario; y es también el día de todos los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el día del miliciano revolucionario, porque los soldados del Ejército Rebelde son también campesinos y obreros.  Por eso hoy es el día de todos los revolucionarios, de todos los revolucionarios unidos, porque en eso radica y radicará siempre el éxito y la fuerza de nuestra Revolución.

Hoy no solo quedó demostrado que la gran mayoría del pueblo está con la Revolución —por si les quedaban dudas a algunos ingenuos que se complacen en engañarse o en dejarse engañar—, sino algo más importante todavía: la gran mayoría organizada del pueblo; porque hoy se ha reunido el pueblo organizado.  Por eso somos este año más fuertes que el año anterior, porque la Revolución no solo cuenta con la mayoría, sino que ha organizado a esa mayoría.

Y este hecho del que hemos sido testigos todos nosotros en el día de hoy, este acontecimiento verdaderamente impresionante e inolvidable, es una prueba de lo que es capaz el pueblo de Cuba.”

Como se puede constatar esas ideas han trazado el rumbo de los desfiles del pueblo cubano en honor de los trabajadores que fueran injustamente ajusticiados en Chicago en el siglo XIX y en honor de los trabajadores del mundo que no han cesado de luchar por sus derechos y la felicidad desde entonces. Y en la primera línea de la marcha de los trabajadores en Cuba ha estado y estará siempre Fidel, que supo darle sentido creador, revolucionario e internacionalista a la magna celebración.

Y es que como expresara José Martí: “A la felicidad del obrero se va por la felicidad de la patria. Y a la felicidad de la patria se va por la felicidad del obrero.”

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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