COLUMNISTAS

Más allá de las medallas

Glorias del Deporte, Glorias Deportivas, palabras cotidianas en muchas noticias, y es jab que necesita del apoyo de golpes contundentes y con el puño decisivo, desde cuartillas y micrófonos, para estremecer mucho más. Los atletas, en activo o retirados, no deben ser encadenados por estadísticas, medallas, marcas…En su batallar, vencieran o no, ¡cuánto de sacrifico, de entrega, de amor! Ahí está la esencia. Ahí está la historia.

Pierre de Coubertin expresó: “La historia es la primera de todas las ciencias en importancia y eficacia educativas….Todo pasado influye sobre el futuro y ningún futuro puede edificarse sin tener en cuenta el pasado…Una gran difusión de los conocimientos históricos será una de las más apremiantes necesidades de la nueva era; se podrá decir que todo el porvenir de nuestra civilización de aquella depende…” Vigencia total en los tiempos actuales tan vapuleados por la maldad. Y, claro, no hablo solo- tampoco el rescatador del olimpismo- de la referida a las lides del músculo aunque la incluyo.

Antes de 1959, existía en la mayor de las Antillas, organizaciones, torneos, ligas, ases pero no un movimiento deportivo real y de la nación en pleno. Las puertas del ámbito se abrieron cada vez más: el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación tomó el batón verde olivo de la Dirección General de Deportes. El muro que separaba a las masas de la actividad había sido roto y la cultura física se vistió de pueblo: el deporte era y es su derecho.

Al unir la masividad y el uso de la técnica y la ciencia, de lo cuantitativo surgió la calidad, Los campeones ya no tendrían que ser sobre todo los fuera de serie como Fonst, Capablanca o Chocolate, ni estaban obligados a batirse en un ambiente nocivo, desgarrados por la miseria y la discriminación como Fortún o Ángel García. Frutos de un sistema social superior, debían y deben ser embajadores y espejos para alimentar el patriotismo, la virtud latinoamericana, lo mejor de la gente de abajo, la verdadera cima.

A pesar del avance en relación con la vieja sociedad, no siempre ocurrió y ocurre así. Situar la conquista de fuerza, velocidad, resistencia y habilidades por encima de la formación de la persona han hecho y hacen mucho daño. El soslayamiento de la masividad enlazada a una débil formación integral y el trato superficial a la historia han debilitado. En los errores de los discípulos pesa la labor de sus maestros. Amén de la disolución del campo socialista- sin su apoyo no hubiéramos llegado a donde llegamos- y el incremento del bloqueo del imperio del Norte, no puede negarse que se ha lesionado el ámbito al colocar el brillo de las preseas por encima de lo principal: la forja de un ser humano superior en físico y alma. Incluso, ha habido olvidos, la espalda ante el revés.

Fidel arremetió en varias oportunidades contra estos desatinos de los que no escaparon funcionarios, organizaciones, organismos, medios y parte de la afición mordida por el fanatismo y el campeonismo. Lo peor: hay quien cree que con las justas y dialécticas transformaciones del sector, la remuneración, los contratos en fila importante, ya está resuelto todo. No siempre lo espiritual ha alcanzado el escalón imprescindible que nos dota de antivirus protectores ante tanta infección, de la que no se salva ni el olimpismo. Para recorrer con el rigor de la profesionalidad el lucro del profesionalismo, hay que estar muy bien entrenado.

Y el uso correcto de la historia de la esfera mucho nos puede ayudar. No siempre ha sido ruta escogida. ¿Acaso el centenario de Martín Dihigo lo festejamos como lo merecía^. No es el único as que sufre ese soslayar. ¿Por qué la Escuela Nacional de Voleibol y el Coliseo de la Ciudad Deportiva no llevan el nombre de destacados de la rama? ¿Por qué Eugenio George yTeófilo Stevenson no tuvieron a su muerte un adiós al nivel del gran músico Juan Formell? ¿Por qué a magníficos deportistas y entrenadores se les debe un acto de retiro a la altura del ofrecido a Lazo? Varios alumnos me han confesado no conocer, siendo judocas, a José Ramón Rodríguez López, .cinta negra segundo dan, asesinado con 20 años de edad por esbirros de la tiranía ante la intrepidez de su labor como dirigente de acción y sabotaje del 26 de Julio. Sin revolucionarios como él, jamás los negros y mulatos ni las mujeres habrían podido ponerse un kimono y aun ascender a la cúspide.

Lanzadoras sobresalientes ignoran la vida de Alejandrina Herrera, discriminada por negra, mujer, pobre, artemiseña y por su militancia en la Juventud Socialista y, no obstante, llegar a campeona centroamericana y medallista panamericana y ser reconocida la mejor deportista del país en 1954 a pesar de los esfuerzos en contra del Big Five, clubes exclusivista burguesas de enorme fuerza ´Duele que practicantes de la disciplina de la malla alta y muchos estudiantes del la Universidad de la Cultura Física no sepan a plenitud la vida del voleibolista y médico que honra con su nombre a dicho centro: el Comandante del Ejército Rebelde Manuel Fajardo Rivero. Nos falta muchísimo todavía en este camino. Y urge recorrerlo con zancadas firmes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *