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Incongruencias del ataque acústico: ¿Por qué no es creíble el Maine Sónico contra Cuba?

El pasado mes de agosto, mientras el presidente Donald Trump estaba de vacaciones y la prensa norteamericana rumiaba ante la falta de informaciones de peso, sectores interesados dentro de la administración y de otros estamentos políticos de Estados Unidos filtraron a los medios un tema que hasta entonces había sido atendido por las dos partes por la vía diplomática: la existencia de un supuesto cuadro de salud en algunos funcionarios estadounidenses que laboraban en la embajada de Washington en La Habana, provocada por una causa de origen desconocido. Se fija en noviembre de 2016 como el reporte del primer caso.

De inmediato, sin presentar prueba alguna, ciertos medios y fuentes estadounidenses comenzaron a hablar de “ataques sónicos” contra funcionarios de ese país y, en concordancia con el senador Marcos Rubio y otros sectores anticubanos, comenzaron a exigir respuestas y acciones contra Cuba del gobierno estadounidense.

La grosera e interesada campaña de acusaciones y mentiras contra nuestro país se ha multiplicado desde entonces, pese a que numerosos científicos y especialistas de los EEUU y otras partes del mundo han refutado la posibilidad de que puedan ocurrir estos tipos de ataques como se ha especulado y que provoquen los supuestos síntomas de salud descritos por la partes estadounidense.

El pueblo de Cuba ha sido informado de estos hechos hace semanas por una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) y posteriormente por una comparecencia ante la prensa del canciller Bruno Rodríguez Parrilla. Además, el pasado jueves en la noche la televisión cubana transmitió un programa especial sobre el tema, disponible en los sitios cubanos, así como en las páginas en redes sociales de los mismos.
La Mesa Redonda de este lunes continuó desmontando este intento de Maine sónico que se han inventado ciertas fuentes interesadas en los Estados Unidos. En en el programa comparecieron autoridades e investigadores militares y civiles que han seguido este caso.

Seguridad Diplomática: Reportan un perro perdido pero no el ataque sónico

Entre los elementos que señalan las fuentes norteamericanas para acusar al gobierno de Cuba de los supuestos ataques sónicos está el de que la Mayor de las Antillas no ha cumplido con lo establecido en la Convención de Viena. Este tratado norma las disposiciones a cumplir en los estados que mantienen legaciones diplomáticas de otros países en su territorio.

Al respecto, el coronel Ramiro Ramírez Álvarez, Jefe del Departamento de Seguridad Diplomática del Ministerio del Interior (Minint), precisó que Cuba es garante de la Convención de Viena en su totalidad.

El artículo 22 de la Convención de Viena señala:

Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.
El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad.
Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución.
“En la actualidad el cuerpo diplomático acreditado en Cuba lo integran más de 2300 funcionarios. Los mismo disponen de unos 800 locales, 100 residencias de embajadores y tiene un parque automotor de 2040 vehículos. Debemos destacar que Cuba no ha recibido nunca críticas en el seno de las Naciones Unidas respecto al cumplimiento de la Convención y siempre ha sido interés de la dirección del país y de nuestro Comandante en Jefe de cumplirla al pie de la letra”, expresó Ramírez Álvarez.

El reporte

El Jefe del Departamento de Seguridad Diplomática del Minint relató en el programa radio-televisivo que se entrevistó el 22 de febrero del año 2017 con funcionarios norteamericanos, tras recibir en la cancillería cubana el reporte de este hecho. “Para sorpresa de nosotros se nos dijo que no tenían ningún reporte. Mis propios colegas norteamericanos no conocían hasta ese momento que esos hechos estuvieran ocurriendo. Incluso, posteriormente en una segunda ocasión niegan saber sobre los incidentes.” comentó el Coronel Ramírez, quien además señaló que el Jefe de la Oficina Regional de Seguridad de la Embajada estadounidense en Cuba le autorizó a que trasladara a su jefatura que no había ningún reporte sobre incidentes de este tipo.

Sin embargo, dijo Ramiro “unos días más tarde confirman que sí existían algunas molestias y que todo hacía indicar que estaban siendo atacados con un arma sónica”, y cuando él lee la lista de los afectados y las direcciones se percata que uno de ellos era la persona consultada sobre los hechos. “Uno de estos eres tú”-le dice- , a lo que le responden: “Es cierto, pero no pude decirlo en aquel momento”.

En otro momento Ramírez Álvarez informó que para la protección del cuerpo diplomático acreditado en La Habana existe un sistema del Ministerio del Interior integrado por varias especialidades desde la prevención, el descubrimiento y la investigación. Unido con algunos órganos de la Administración Central de Estado, del Partido y las organización políticas y de masas y la empresa de protección a sedes diplomáticas de la compañía SEPSA.

“Hay un sistema de prevención que posee algunos elementos técnicos como la video protección de los ciudadanos a partir de uso de cámaras administradas por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Estas se colocan en algunos lugares como son las zonas donde se asienta el personal diplomático para lograr la tranquilidad, la prevención y el descubrimiento”.

Se reiteró en la Mesa Redonda que en Cuba no existen reportes de hechos fuertes ni violentos que atenten contra la tranquilidad ciudadana, elemento del que puede dar fe el cuerpo diplomático acreditado en La Habana.

“Esto también lo puede certificar la propia embajada norteamericana que desde 1977 funcionaba como sección diplomática. Siempre se ha reconocido el apoyo y la calidad de nuestros servicios de seguridad y protección del cuerpo diplomático”, enfatizó.

Desde hace muchos años existe un nivel de comunicación fluida con la Oficina Regional de Seguridad de la Embajada norteamericana en La Habana, y este tipo de reportes transitan por dos canales (el diplomático-mediante notas- o a través de entrevistas con las autoridades de seguridad en Cuba).

“Por estas propias razones nos llamó tanto la atención que los “incidentes” se dieran a conocer de esta manera, pues siempre ha existido una buena comunicación entre ambas partes, incluso hemos tenido hasta reportes de perros que se han perdido del personal diplomático. Sin embargo, como hemos visto no pudieron reportar el “ataque acústico” en su momento”, agregó.

Después de…

Luego de notificarse “las afectaciones” al personal diplomático estadounidense en La Habana, la dirección del país atendió de manera priorizada esta situación y se le dieron instrucciones a la Departamento de Seguridad Diplomática del Minint para incrementar su protección destacó Ramírez Álvarez en la Mesa Redonda.

“Se reforzó la protección en la embajada, en el anexo consular y en la residencia de los funcionarios norteamericanos. Igualmente se incrementaron los efectivos que hacen recorridos constantes para lograr esclarecer este hecho. Hace unos días me entrevisté con un funcionario de seguridad regional e intercambiamos sobre la seguridad y este me dijo que todo estaba excelente”.

Igualmente se fortaleció la seguridad de esta legación diplomático ante el embate del huracán Irma en nuestro país y se chequeo con posterioridad cada una de las locaciones.

La vida sigue ¿Igual?

A pesar de la existencia de reportes de “ataques” por parte de las autoridades norteamericanas, el personal diplomático ha continuado su vida con normalidad. Según informaciones del MINREX, entre febrero y junio de este año los diplomáticos estadounidenses solicitaron más de 20 visas para que familiares y amigos los visitaran en Cuba.

“Ellos han ido a centros turísticos, mantienen los viajes a provincias y reciben a sus familiares en Cuba. Esto es muy llamativo porque si usted está en un país en el cual lo atacan usted no debería traer a sus familiares o a sus amigos”. apuntó el alto oficial del MININT.

Se dio a conocer además, que existen en la actualidad existen cinco números telefónicos de emergencia exclusivos para la representación norteamericana en La Habana, tres fijos y dos móviles.

“Solo hemos recibido una llamada y cuando fuimos al lugar un grupo de expertos y especialistas no pudimos hacer la investigación. Sólo pudimos entrar hasta el jardín, pero no pudimos entrevistar a las víctimas. Nos informaron del incidente nueve horas después de ocurrido y solo demoramos 16 minutos para llegar”, precisó el coronel Ramiro Ramírez Álvarez.

La investigación y primeras conclusiones

Desde la primera notificación de los alegados eventos acústicos (17 de febrero de 2017), las autoridades cubanas asumieron con suma seriedad las informaciones trasladadas por los estadounidenses.

Sobre este particular el teniente coronel Roberto Hernández Caballero, Investigador de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones del Minint comentó en la Mesa Redonda que estos supuestos ataques venían ocurriendo desde mediados de noviembre del año anterior, sin embargo no es hasta la fecha enunciada que se dan a conocer.

“Nos dicen que los diplomáticos se estaban quejando de un ruido intenso semejante al canto de un insecto o de metales friccionando entre sí. A consecuencia de estas molestias, los funcionarios sentían mareos, náuseas, falta de equilibrio y de memoria entre otras sintomatologías”.

A partir del propio 17 de febrero por indicaciones del gobierno y de la jefatura del Minint se emprende la investigación criminalística y por ello se abrió un expediente investigativo y se conformó un grupo de trabajo compuesto no solo por peritos sino también por médicos, científicos, físicos y otros especialistas.

“Lo primero fue comprender de lo que se estaba hablando, ya que en Cuba no existe esa tecnología-ni se importa ni se fabrica- .Se buscaron varias fuentes para conocer más sobre esa materia, las características y los efectos”, detalló Hernández Caballero.

Recordó además que el sonido que se investiga es audible, por lo tanto la frecuencia empleada tiene que tener niveles muy altos de presión y debe ser escuchado por personas que rodean a esas supuestas víctimas.

“Se han entrevistado a más de 300 personas en los alrededores de cada una de estas residencias y ninguno ni escuchó ni sintió, ni padeció las sintomatologías denunciadas”, agregó.

Igualmente “se” consultó con el Ministerio de Salud Pública reportes en esas propias áreas de afecciones de personas con estos tipos de dolencia y no ha habido un paciente con estos “síntomas”, comunicó el investigador de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones del Minint.

“Una de los elementos a destacar es que no hemos tenido acceso a la contraparte para verificar con las víctimas lo que sintieron. Igualmente fuimos al hospital Cira García, lugar donde habitualmente se atiende el personal diplomático y tampoco hay noticias de que se haya atendido personal diplomático estadounidense con alguna de estas sintomatología”, advirtió.

Hernández Caballero reflexionó que estos diplomáticos viven en zonas residenciales, en las cuales no existes fábricas y por lo tanto el nivel de ruido ambiental es muy bajo.

“Esto lo pudimos corroborar con el grupo de expertos que salieron al terreno e hicieron pruebas del espacio electromagnético, midieron el sonido ambiental, así como realizaron cuantas pesquisas fueran necesarias en un radio mayor a los 200 m de cada residencia y no se encontró ninguna evidencia de de la existencia de algo capaz de afectar la salud humana”.
Se aclaró en el programa televisivo que no obstante a estos resultados continúan las investigaciones.

“Hay un reporte del 23 de marzo en el que se dice que una funcionaria había informado que había un van parqueado frente a la casa. Rápidamente se ubicó el automóvil, se localizó al chofer y al final solamente era un vecino del funcionario que parqueaba su auto bajo la mata de almendras. Pero lo curioso es que los funcionarios de la seguridad de la embajada de los Estados Unidos habían estado allí y habían desechado el hecho.”, ejemplificó.

Se analizaron cada una de las grabaciones de sonidos entregadas por las autoridades estadounidenses . Se encontró ruido ambiental, perros, autos, el canto de un grillo. Ninguno de estos atentan contra la salud humana. Además no hay evidencias de que los animales que convivían con estos funcionarios hayan presentado malestares- recordar que estos son más sensibles al ruido que los seres humanos-”, agregó.

Los investigadores cubanos han reiterado que han solicitado tener acceso a las víctimas y a los resultados médicos pues las investigaciones se tornan incompletas.

“Lo que nos han entregado no se le puede llamar ni reporte médico. Es un reporte de un médico entregado a través de la Cancillería- sin nombre- que ofrece información vaga que no permite un análisis. Se haba muchas veces de cuidar la identidad, la privacidad sin embargo tampoco dan datos del género u otras formas de valor identificativo. Los especialistas nuestros han tenido que trabajar con información muy imprecisa”

Conclusiones preliminares de la Investigación

Se demostró que NO existen evidencias que indiquen la ocurrencia de los alegados ataques acústicos;
No ha sido posible establecer hipótesis investigativas sobre el origen de estos hechos, que por su naturaleza son eminentemente sensoriales y no dejan huellas, ni rastros, aspecto respaldado por los representantes de las agencias especializadas de Estados Unidos que viajaron a Cuba.
Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivación, intención o medios para ejecutar este tipo de acciones. En la labor realizada por el equipo de investigadores cubanos y en la información aportada por los funcionarios estadounidenses no se ha establecido la incidencia de personas o medios sospechosos en los lugares de ocurrencia, ni en sus alrededores.
El equipo médico y científicos cubanos luego del análisis técnico pericial a las muestras sonoras entregadas por Estados Unidos, certificaron la imposibilidad de que estas causaran las afectaciones a la salud descritas por los diplomáticos.
No se ha obtenido evidencia de la existencia en el país de ningún equipamiento emisor del sonido como el que describe la parte estadounidense. No se han detectado intenciones, planes o la introducción al territorio nacional de estos equipos por la frontera aérea o marítima.
Hernández Caballero concluyó que los resultados obtenidos por las autoridades norteamericanas que han investigado los hechos coinciden, ya que no definen una causa que alegue que estamos en presencia de un ataque o agresión.

Sobre los “hechos” acaecidos en los Hoteles Capri (30 de marzo-reportado el 25 de abril) y Nacional, Roberto Hernández Caballero, Investigador de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones del Minint comentó que todos fueron analizados.

“En el caso del Capri fueron un grupo de expertos y especialistas. Este es un hotel recientemente remodelado con gran confort. Para realizar lo que se alega, habría que haber salido por fuera con un rápel y haber amplificado mucho el sonido pues la afectación estuvo en el piso 16. Lo mismo podemos decir del Hotel Nacional”.

Se explicó también que en ambas instalaciones turísticas se entrevistaron además a camareras, personal de seguridad y otros trabajadores y se revisaron minuciosamente las cámaras de seguridad.

“Tampoco hay un reporte de algún turista que se haya sentido mal, pues recordemos que las habitaciones no están aisladas. No hay ni quejas de ruidos por mantenimiento”, destacó.

La ciencia cubana tiene la palabra

Expertos cubanos de diversas ramas han investigado a cabalidad el supuesto ataque sónico contra los funcionarios norteamericanos. Al respecto el Doctor Manuel Jorge Villar Kuscevic, especialista en segundo grado de otorrino-laringología y cirugía de cabeza y cuello, con 24 años de experiencia como especialista, comentó que ha sido un tema de alta prioridad para el país “y se nos indicó escarbar hasta donde tuviésemos que escarbar y encontrar si había algo que encontrar”.

Se explicó en la Mesa Redonda que para llevar a cabo las pesquisas se constituyó un Comité de Expertos. El mismo está integrado por físicos, ingenieros en telecomunicaciones, especialistas en medicina interna, especialistas en neurología, neurofisiología, otorrino-laringología, audiología, epidemiología, salud ambiental, entomología, psicología y sociología.

“Podemos asegurar que todos tienen una amplia experiencia, no solo asistencial sino investigativa. Hay un grupo numeroso de doctores en ciencias, máster, profesores universitarios”, resaltó.

Este equipo evaluó cuatro premisas fundamentales, entre las que se destaca una valoración al único documento médico que fue entregado por las autoridades estadounidenses.

“Comienza diciendo que un experto con 23 años de experiencia examinó lo que se había dicho de estas supuestas víctimas. Ahora bien, nadie sabe ni quién es el experto, ni su experiencia en qué materia o a que institución pertenece. Si nos guiamos por las conclusiones del documento es cuestionable su experiencia”, afirmó Villar Kuscevic.

El también jefe del servicio de otorrino-laringología y cirugía de cabeza y cuello del Hospital General Docente Enrique Cabrera añadió que este documento lista un grupo de síntomas que pueden pertenecer a más de 20 enfermedades diferentes.

“Otro elemento que nos llama la atención es que este documento utiliza una metodología de clasificación de las víctimas con la que se etiqueta a la persona que viene de un desastre, un evento o un accidente y en la que se toman un grupo de medidas para salvarle la vida a esa persona en las primeras horas y luego atenderlo definitivamente. Pareciera que estas “víctimas” vinieran de una guerra”, comentó.

También se tomaron en cuenta las pesquisas realizadas a las muestras de audios entregadas por los norteamericanos.

“En la mayoría de los casos se especula mucho en los medios internacionales sobre la frecuencia, cuando eso no es lo más significativo. Lo más relevante es la intensidad de los decibeles”, expuso Kuscevic.

Uno de los mayores obstáculos al que se enfrentó la investigación es que “nunca se pudo acceder a los supuestos enfermos productos a esta agresión”.

“Siempre hemos resaltado que la cooperación es indispensable y esta no puede ser a partir de la entrega de un papel o informe por muy oficial que sea. La cooperación en medicina tiene que ser cara a cara y qué mejor ejemplo de ello que la erradicación del ébola en África donde médicos de Cuba y Estados Unidos enfrentaron la epidemia”.

A partir de estas primeras indagaciones salieron 14 hipótesis y se definieron tres líneas de investigación.

“Estas aristas fueron: el análisis de la posibilidad de daños por agentes sónicos, la existencia de otras causas médicas y la evaluación de una causa socio-psicológica”, ilustró.

El especialista detalló en la Mesa Redonda que la intensidad mayor de la muestra de sonido recibida fue de 74.6 decibeles y “esto no le hace daño al oído”.

“En Cuba el umbral auditivo que se considera ruido es el que sobrepasa los 80 decibeles y un grupo importante de países acepta esta cifra. En el caso específico de los Estados Unidos es 85 y reiteramos que la máxima intensidad de las muestras entregadas es de 74.6 decibeles”, advirtió.

También se explicó que el sonido no es una luz a la cual usted puede dirigir puntualmente hacia un lugar, sino que las ondas se esparcen a diferentes lugares. “A nivel sónico-auditivo- no es posible que lo que yo hablo ahora por ejemplo lo escuche solamente una persona”.

Este es un punto que nos resulta inverosímil- alertó el especialista- pues, ¿cómo es posible que dentro de una habitación cerrada donde hay varias personas, se puede afectar a una de ellas siendo todas expuestas a un sonido que no sobrepasa la intensidad dañina para la salud?

“Se invocaron frecuencias ultrasónicas, sin embargo todos los que dicen ser afectados escucharon los sonidos y por tanto si lo hicieron estaba en el nivel audible. Debemos tener en cuenta además que los perros escuchan hasta las ondas subsónicas, pueden prever un terremoto incluso y estos ni fueron afectados”, instruyó.

Los especialistas concluyen que no es posible con ninguna de las frecuencias sónicas provocar un daño con las intensidades mostradas por las autoridades estadounidenses.
Lo que dice la evidencia

Villar Kuscevic informó que también se revisaron las estadísticas de asistencia médica de los últimos cinco años y no se encontró ni un solo reporte que hablara de lesiones por armas sónicas.

“Consultamos la Codificación de Enfermedades y Problemas de la Salud (CIE-10), y allí tampoco existe las lesiones por armas sónicas. Hay traumas acústicos, pero lesiones por armas acústicas no existen en ese documento internacional”, acotó.

Como parte de la investigación también se diagnosticaron a los vecinos de las “victimas” del ataque sónico. Sobre este particular, la doctora Martha Beatriz Martínez Torres, especialista en primer grado en otorrino-laringología expuso que siempre “existió una preocupación por nuestro pueblo, pues si existía ese problema ellos también podrían ser afectados”.

“Se entrevistaron a más del 90 % de los vecinos y se escogieron a 20 personas para la evaluación. De ellos 14 hombres y 6 mujeres”.

A cada uno de ellos, explica la doctora, se les hizo un estudio de los antecedes patológicos personales, un examen otorrino-laringológico, uno oto-neurológico.

“De esas 20 personas, 16 dieron resultados normales, solo habían 4 afectados. De estos últimos dos tenían una hipoacusia ligera, y dos tenían hipoacusia moderada; eran pacientes que a lo largo de su vida habían tenido relación con lugares expuestos al ruido”, comunicó Martínez Torres.

Otro de los datos aportados por la pesquisa fue que ninguno de los pacientes alegó sentir ningún ruido más allá de los normales.

“Se hizo un levantamiento en las instituciones de salud y en la comunidad. La mayoría de estos diplomáticos viven en el municipio Playa y allí no hay reportes sobre los incidentes”, concluyó.

Síntomas vagos… múltiples enfermedades

En otro momento de la Mesa Redonda, el Doctor Manuel Jorge Villar Kuscevic, especialista en segundo grado de otorrino-laringología y cirugía de cabeza y cuello detalló sobre otras posibles afecciones que provocarían los síntomas descritos por las autoridades americanas.

“El 50 % de los norteamericanos presentan algún síntoma de acufeno -intensa sensación auditiva no provocada por un sonido exterior- y solicitan atención médica. Los otros síntomas de las supuestas víctimas también son común en el mundo entero”, agregó.

Entre las enfermedades causantes de la sintomatología pudiera estar la hipertensión arterial, acuñó el especialista; aunque también pueden ser provocadas por la laberintitis- Inflamación del laberinto del oído interno- o por neuronitis y la otosclerosis, detalló.

“¿Alguien puede asegurar que no la padecían antes? También invocaron que pudiera ver una conmoción cerebral, eso no es serio, ¿acaso hablamos con niños de dos años o con médico? Además no hay conmoción cerebral sin pérdida de la conciencia y dentro de la lista que ellos nos entregaron no está esa sintomatología”, cuestionó Villar Kuscevic en el espacio radio-televisivo.

Igualmente se descartó el tema infeccioso y el tema tóxico. En el primer caso porque las enfermedades virales cumplen con un patrón epidemiológico y el factor común es la fiebre y no se reporta a nadie con este síntoma. Tampoco se cumple el patrón de dispersión geográfica normal en este tipo de enfermedades.

“El sonido no deja rastros, pero los virus sí. Lo mismos sucede con los tóxicos, pues tampoco hay un patrón epidemiológico, no hay huellas. Estas suelen encontrase en la cromatografía de masas y no hay ningún indicio”, afirmó.

Cuestión de decibeles

Más adelante en el programa, el doctor en ciencias físicas Carlos Barceló Pérez, profesor titular del Instituto Nacional de Higiene e Epidemiología y Microbiología recordó que tanto los animales como los humanos estamos sujetos a la presión del aire.

“El sonido puede estar compuesto por muchas estructuras de frecuencia. Cuando este puede provocar daños sobre la salud es cuando estamos en presencia del ruido. Normalmente cuando hay contaminación sonora este se refleja en la molestia, siendo este un indicador en algunos países europeos”.

El científico explicó que hay una distribución de la frecuencia de los diferentes sonidos que van desde las más bajas hasta las más altas, siendo ambos extremos no audibles por el ser humano.

“Por debajo de 20 Hz estamos en la zona de los infrasonidos y por encima de los 20 kHz es la zona de los ultrasonidos, ninguna de estas zonas es audible para el oído humano. Los perros pueden escuchar los ultrasonidos y las ballenas los infrasonidos”, especificó.

Barceló Pérez aclaró que deben recibirse durante 10 años una exposición de 85 decibeles para que aparezca una pérdida auditiva en la zona de 4 kHz y si se extiende el tiempo de exposición a esas frecuencias, la pérdida auditiva se mueve a las bajas frecuencias, lo que imposibilitaría escuchar las conversaciones cotidianas.

“Esta es una forma de la pérdida auditiva. Se le denomina sordera ocupacional o hipoacusia neurosensorial. Pero puede provocarse una pérdida auditiva cuando aparece un llamado ruido de impulso. En las diferentes grabaciones a la que hemos tenido acceso no aparece ningún sonido de impulso”, argumentó.

También se explicó que las ondas que reflejan los audios entregados son similares a las que provocan las muestras tomadas de cantos de grillos en las zonas que rodean las viviendas de los “afectados” .

“La composición de frecuencias es muy semejante. Podemos concluir, que la exposición por arma acústica no puede ser confirmada. No esposible”, dijo el reconocido especialista.

¿Histeria colectiva?

Otros de los elementos tenidos en cuenta en la investigación fueron los factores psico-sociales, al respecto el doctor en ciencias psicológicas Dionisio Zaldívar Pérez, profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, explicó que esta hipótesis sí es posible.

“Luego de descartados las otras posibles causas y atendiendo a la sintomatología mostrada y luego de consultar la literatura podemos decir que coinciden con trastornos de este tipo (psicológicos). Exactamente ocurren en ambientes cerrados, donde las personas no comparten una visión cultural o existe determinada tensión y se produce como un contagio”, analizó.

De 1900 a 1973 la literatura de habla inglesa reportó 37 casos este tipo, aunque en países como España, Colombia o Perú también se recogen ejemplos, ahondó el especialista.

“Recordemos que en 1938 cuando comenzó la novela la Guerra de los Mundos muchos vieron esta información como ciertas. Un elemento en común de esa situación y esta es que se presenta información distorsionada o exagerada. Otro ejemplo es el tsunami de 2011 en Japón donde un joven presentó entumecimiento de las manos y otros síntomas y cien estudiantes más presentaron la misma sintomatología”.

Referente a la situación en la embajada norteamericana, el experto opina que a partir de las medidas de la reducción del personal en ese lugar “la cual crea un ambiente tenso desde el punto de vista económico para los diplomáticos” o el propio hecho de calificar la situación como “ataques” pueden generar estos fenómenos psicológicos que hemos visto.

“Desde la Edad Media se reportaban situaciones como estas. Si tenemos en cuenta la información ambigua e incompleta y el propio tratamiento que la da la prensa, se extreman estos fenómenos. Ejemplo de ellos fue lo sucedido en la India con el tema del hombre-mono, que se decía que era mitad hombre, mitad mono, y la gente empezó supuestamente a huírle. Resultado: 15 personas heridas, entre ellos 5 muertos”

Al finalizar la Mesa Redonda el teniente coronel Roberto Hernández Caballero, Investigador de la Dirección General de Investigación Criminal y Operaciones del Minint destacó la labor investigativa desarrollada por los científicos cubanos civiles y militares de alto nivel, la cual continúa y denunció la manipulación política del tema que han hecho sectores interesados en EEUU.

Ciencia foránea vs especulación mediática

El 16 de septiembre de 2017 James Jauchem, biólogo y científico retirado que investigó los efectos biológicos de la energía acústica en el laboratorio de investigaciones de la Fuerza Área de EE.UU., expresó en la revista The Verge con relación a los alegados incidentes acústicos: “no se conocen los elementos que tienen los investigadores para declarar que se trata de un arma acústica” y mantendría el escepticismo en cuanto a los reportes que se ha dado.

Añadió que sería difícil producir un arma ultrasónica que produzca los efectos que se han declarado y que los experimentos con animales han demostrado que las armas ultrasónicas no son prácticas.

Entre tanto Josehp Pompei, experto en psico-acústica y ex investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MTI), expresó en AP el 15 de septiembre de este año que “el daño cerebral y las conmociones no son posibles…alguien tendría que haber sumergido la cabeza en una piscina repleta de poderosas transductores ultrasónicos”.

Por su parte, Andrew Oxenham, psicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota alegó en un artículo publicado por la revista Buzz Feed News que sobre este propio particular que “no puedo explicarme que la enfermedad y la pérdida de la audición estén relacionadas con un sonido… no hay forma que un dispositivo acústico cause daño auditivo usando sonidos inaudibles. No se puede estimular el oído interno de una manera que podría causar daño… la única manera que podría ocurrir es a través de la distorsión, lo cual entonces haría que el sonido fuera claramente audible”. En cuanto el infrasonido dijo: el tamaño de los altavoces para generar tal infrasonido como ese sería difícil de ocultar.

Seth Horowitz, neurólogo, especialista en neurociencias ya autor del libro “El sentido universal. Cómo la audición modifica a mente”, en relación con los incidentes acústicos expresó a “Bussine Insider” a través de correo electrónico que: “No existe ningún fenómenos acústico en el mundo que pueda causar los síntomas descritos” y agregó además que “ningún equipo conocido que se inaudible e indetectable podría tener las propiedades atribuidas a estas armas sónicas”.

Así mismo, señaló que “mientras o se tengas otras evidencias relacionas con estas armas, este incidente debe considerarse algo sin interés y se deben tomar en cuenta otras explicaciones posibles para estos problemas médicos”, concluyó.

El líder del Centro de Investigaciones sobre tecnologías Futuristas en la Universidad Metropolitana de Manchester, Reino Unido publicó en su sitio web “Diario del deshielo” que “las ondas por debajo del rango de audición podrían, teóricamente, causar daño físico pero sería necesario usar enormes bocinas a grandes volúmenes”.

Relacionado como el propio tema, el británico Timothy Leighton, profesor de acústica ultrasónica en la Universidad de Southampton comentó a “The Guardian” que “el ultrasonido era el indicado para dirigir un rayo de energía concentrado hacia alguien y si se quiere obtener un dispositivo con gran poder que puede atravesar una ventana, sería del tamaño de una maleta, sin embargo para generar pérdida de la audición a metros de distancia, el equipo tendría que ser del tamaño de un carro”.

Por otra parte, sugirió que antes de promover la teoría de que los diplomáticos fueron las víctimas de un ataque acústico, se debería descartar otras posibilidades más probables que podrían causar los síntomas descritos.

Collen G. Le Prell, directora del programa de audiología de la Universidad de Texas citada por el periodista Peter Eisner en la revista Neesweek al comentar sobre el tema dijo que “la comunidad de audiólogos se pregunta cuál podría ser la causa de los síntomas descritos en estos casos pues nadie tiene una buena explicación para ello” y añadió que “la aparición repentina de pérdida de la audición sin que exista una fuente audible, es muy inusual”.

Le Prell comentó que se conoce que los sonidos no audibles podrían tener efectos sobre el oído y la salud en general, sin embargo la literatura no presenta ningún ejemplo en que se produzca un cambio repentino en la audición a partir de sonido no audibles.

Otra audióloga, Nandine Iyer investigadora de la Fuerza Área estadounidense expuso a “The Verge” que no existen muchas evidencias sobre el impacto en la salud de los sonidos ultrasónicos o infrasónicos.

Entre tanto, John Oghaiai, otorrinólogo estadounidense expresó que “aunque la existencia de este tipo de arma suena interesante parece imposible de creer que exista un arma de este tipo”. Añadió que para que un arma sónica cause pérdida auditiva la persona tiene que causar el sonido. “Una explicación más probable para los síntomas sería una exposición a químicos”.

Con relación a los incidentes acústicos reportados por diplomáticos estadounidenses en La Habana, Robin O. Cleveland, profesor de ingeniería de la Universidad de Oxford dijo a The Guardian que “le resultaba difícil creer las personas sufrieran daños cerebrales ya que el sonido tendría que llegar directamente al tejido cerebral y siguiendo el mismo principio de los equipos de ultrasonido si existe aire entre el cuerpo y el sonido, este no puede atravesarlo”.

A propósito, el Dr. Jun Qin, profesor asistente de la Universidad de Illinois acotó que “el ultrasonido no puede viajar a grandes distancias… mientras más lejos está el sonido más débil se vuelve. Un emisor más pequeño colocado más cerca, tal vez en la almohada de alguien, podría hacer el truco, creo que esa gente tiene algo que les hace daño, pero podría ser el medio ambiente”.

También el físico alemán Juerguen Almant expresó que “el fenómeno es inverosímil… no conozco efecto acústico alguno que pudiese causar conmoción cerebral… el sonido a través del aire no puede sacudir tu cabeza… a lo largo de los años los investigadores militares trataron de transformar el sonido en armo no letal que podría detener a los soldados enemigos en sus pistas y que el Pentágono financió el desarrollo de altavoces para producir sonido de largo alcance…”

Además, el neurólogo Jay Salpekar, director del programa neuroconductal del Childrens National Medical Center en Washington opina que “el estrés es la principal causa del trastorno de conversión, entendido como síntomas neurológicos que no se relacionan con ninguna afección neurológica conocida y que produce síntomas como la debilidad, la parálisis y la pérdida de la visión o la audición”.

Mientras que, James Pennebaker, psicólogo social de la Universidad de Texas, advirtió que los hechos podrían estar relacionados a una histeria masiva “Ocurre en entornos de alto estrés, donde la gente se comunica frecuentemente de forma no verbal y entre occidentales se desencadenan síntomas que son señales culturales de enfermedad, náuseas, dolor de cabeza y mareos… todo esto plantea la necesidad que una enfermedad inicial provoque un brote de casos psicogénicos en el ambiente de alto estrés de la Embajada de los Estados Unidos, a medida que se reanudaban las relaciones diplomáticas con la nación caribeña”.

No hay peor sordo…

En el final de la Mesa Redonda, el director y conductor del programa, Randy Alonso, afirmó que lo investigado exhaustivamente hasta ahora muestra que no hay evidencia alguna de ataques sónicos ni de ningún otro tipo contra funcionarios estadounidenses destacados en su embajada en La Habana.

Estados Unidos no ha podido aportar hasta ahora ninguna prueba concreta que evidencie tales hechos y lo que sí está claro es que hay una evidente manipulación política de sectores en los EEUU interesados en sabotear las relaciones entre los dos países, encabezados por el senador Marco Rubio.

Como diríamos en buen cubano: “No hay peor sordo que el que no quiere oír”.

Tomado de Cubadebate

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Randy Alonso
Periodista cubano, director del portal web Cubadebate y del programa de la Televisión Cubana “Mesa Redonda”.

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