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¿Quién no conoce a Luis Sexto?

Es probable que muchos al leer el título de esta entrevista le resulte capcioso, porque el Premio Nacional de Periodismo ’José Martí’, Luis Sexto Sánchez es un profesional consagrado a los medios. Largos años escribiendo para la prensa escrita y en la actualidad se le puede escuchar en varios espacios radiales, además de extender sus conocimientos y experiencias en libros publicados, en su mayoría por la editorial Pablo de la Torriente, de la Upec. No obstante, considero que aún faltan aspectos por conocer de su  infatigable trayectoria. Es lo que nos proponemos con las preguntas que con ánimo juvenil nos respondió.

En qué lugar de Cuba transcurrieron sus primeros años. Cuente algún detalle importante de aquella época.

Nací y viví hasta los 9 años en el poblado de General Carrillo, barrio del municipio de Remedios, entonces inserto en la provincia de Las Villas, hoy Villa Clara. El hecho más importante de aquellos tiempos, fue decisión de mis padres de trasladarse hacia La Habana. Mi madre influyó mucho en papá para adoptar esa decisión. Ocurrió en 1955. Ella quería que sus hijos, al menos, pudieran tener alguna oportunidad. En La Habana, dentro de aquel país con tantas limitaciones, había al menos más opciones para “hacerse gente”… Si la suerte te acompañaba.

Tuvo inclinación  por carreras de letras o de humanidades. ¿Cuáles fueron sus aspiraciones profesionales?

Desde niño me gustó leer. Leía los entonces llamados muñequitos, historietas de Los halcones negros, El llanero Solitario, Superman… Sirvieron para enriquecer mi imaginación. Luego, en La Habana, empecé a leer a autores para adolescentes: Julio Verne, Héctor Malot. También a Melville en Moby Dick…. Y estudiando en los salesianos de la Víbora, en Goss y Vista Alegre, gracias a mil milagros, comenzó el diablillo de las letras a dictarme sus cosas. Lo primero que escribí fue una carta de amor, a una vecinita. Y recuerdo que comenzaba aquel recado con una afirmación que hoy me sorprende: “Dicen que el amor de niño no existe…”. Desde entonces los maestros mostraban mis composiciones a los demás alumnos como algo prometedor. Ya con esa edad, unos 14 años, comencé o soñar con el periodismo y las letras.

Cómo se inician sus vínculos con la editorial Pablo de la Torriente. En ese sentido ¿Tiene alguna experiencia que contar? De habérsele publicado  algún título, por favor, menciónelo.

Mis vínculos estables con la Editorial Pablo comienzan a principios de siglo cuando publicó con su sello El Cabo de las mil visiones, que ya había tenido una edición en portugués en la editorial Casa Amarela, del ensayista Sergio De Souza, amigo de Cuba.  Ya desde ese primer libro, la Pablo ha sido impulsora de mi obra periodístico-literaria.

En la actualidad, ¿En qué actividad profesional desarrolla su trabajo?

Continúo trabajando en lo único que ya recuerdo hacer: escribir. Escribir mis libros: escribir en la radio, y de vez en cuando escribir en el periódico Juventud Rebelde. Nunca he renunciado al periodismo. Es la base de mi vocación y el espacio donde acumulé la experiencia necesaria para llegar a ser, o al menos, seguir aspirando a escritor.

¿Tiene algo que sugerir para mejorar el trabajo de la editorial de los periodistas cubanos?

Mi gratitud baja la cabeza ante la virtud principal de la Editorial Pablo: respetar  y considerar a quienes les llevan sus libros y ayudarlos si es posible a mejorarlos y publicarlos.

Pablo Noa Noa.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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