NOTICIA TITULAR CUBAPERIODISTAS NOTICIAS SUGERIDAS

Liudmila y Abdiel reportando a Irma y ¿en casa qué?

Liudmila, Abdiel y Alex, su pequeño hijo

Como en toda Cuba, los periodistas en la provincia de Holguín reportaron de manera profesional y ética las incidencias del devastador huracán Irma. Así sucedió con un matrimonio de jóvenes, integrado por Liudmila Peña Herrera, corresponsal de Juventud Rebelde, y Abdiel Bermúdez Bermúdez, del canal territorial Tele Cristal,  los orgullosos padres del pequeño Alex.

A la vivienda de estos dos jóvenes llegué un poco tarde en la noche, era la única manera de encontrarlos juntos, en casa con el pequeño Alex y algunos familiares. Además de las anécdotas vividas, quería saber cómo garantizaron el cuidado del niño y se comunicaron con la familia durante esta cobertura de emergencia.

Liudmila es la primera en responder: “Sabíamos que teníamos que trabajar y en realidad no hubo mucho tiempo para ponerse de acuerdo. Teníamos una situación familiar bastante compleja, porque la mamá de Abdiel estaba en casa operada de una fractura de cadera. En la mañana del 8 nos levantamos a las 5 de la mañana, vimos que todavía no había pasado nada. Abdiel salió para Tele Cristal y a las 7 y 30 y me llamaron a mí.

“Salí con la idea de volver temprano, al menos al mediodía o en la tarde;  dejé a Alex a cargo del esposo de mi suegra, el abuelo Luisi, como le llama nuestro pequeño. Él es el verdadero héroe en esta historia, porque aunque dejé la comida lista, tuvo que encargarse de cuidarlo, de calentar comida, hacerle la leche y bañarlo por primera vez, y todo lo que se le ocurrió para entretenerlo y que no se diera cuenta de que sus padres no estaban aquí.

Arbol derribado en Gibara por la fuerza del huracán Irma (Foto: Liudmila)

“Abdiel tenía la tensión de dirigir al equipo de prensa que estaba desplegado por los municipios, además de hacer los pases en vivo para el Sistema Informativo de la Televisión Cubana, y yo me fui para Gibara por donde se suponía que pasaría el ciclón, para tener de primera mano lo que sucedería”.

Fuiste para un municipio relativamente cerca, seguramente pensaste que volverías pronto, junto a tu pequeño Alex, ¿ es así?

“Te juro que pensé que volvería al menos a las seis de la tarde, pero en cuanto tomamos rumbo a Aguas Claras me di cuenta, por las condiciones del tiempo, que iba sin hora para regresar. Todo el tiempo pensaba en Alex. Hacía una pregunta, tomaba un dato, tiraba una foto y pensaba en él. Incluso, cuando pedí una capa prestada estaba pensando en él, en no mojarme más de lo que ya estaba para no enfermarme y poder cuidarlo bien.

Azote del huracán Irma en Gibara

“Es muy complicado ser periodistas y padres. Hay veces que hay que escoger y la noticia te pone en la encrucijada de ser responsable como padre o como informador del pueblo. Por suerte esta vez tuvimos, por la casualidad del percance de mi suegra, a la familia en casa. En otras oportunidades, ya valoraremos cómo hacer. Eso solo se decide cuando llega el momento.

“Aún no tenemos un plan para este tipo de casos. Ah, claro tuve la posibilidad de llamar a toda hora a la casa. Saber cómo estaban todos. Si había electricidad, si el niño había comido. Hasta hablé con él y repitió lo que le dijeron: Mamá no te preocupes. Eso me encogió el corazón. Por suerte, todo salió bien. No tuve miedo, pero extrañé un montonazo”.

Claro, son momentos especiales en nuestro andar por la vida, hay que pedir ayuda acudir a tanta gente buena que lo hace con mucho amor y apego a la solidaridad.

“Mira, mi papá tuvo que venir hoy en la madrugada de Puerto Padre para cuidar al niño porque Abdiel no podía y yo tenía una cobertura muy importante con las FAR, en un recorrido por varios municipios camagüeyanos dañados y no sabía a qué hora regresaría o si podía regresar. Sin pensarlo dos veces, me dijo: ni te preocupes que yo me encargo.

“Igual recogió a Alex en el círculo infantil, hizo comida –y no sencilla como pudiera pensarse- ¡Hasta sopa hizo! Y yo me fui a volar en helicóptero sin demasiada preocupación, porque tenía la seguridad de que iba a estar bien. No te niego, que a veces hay que decir no, o dejar de hacer alguna cobertura, pero si no fuera por toda la familia, no podríamos hacer nuestro trabajo. Esta es apenas la historia de cómo nos las arreglamos con el huracán”.

Abdiel por su parte afirma que  “hacer periodismo en tiempo de huracanes, con un bebé en casa, solo es posible si tienes una retaguardia confiable. De no ser así, sería muy difícil cumplir con las exigencias de la profesión. Si la madre es corresponsal de Juventud Rebelde, y el padre está al frente de los periodistas de un telecentro, cómo determinar quién puede quedarse en casa para cuidar al niño.

“Pudiera parecer que somos más periodistas que padres, pero no es verdad. La comunicación siempre fue constante y sabíamos que Alex estaba bien cuidado. Solo así te puedes parar frente a una cámara o sentarte frente a la computadora a contar las historias de un ciclón”.

Seguimos al habla sobre ciclones, pues pensamos que los reporteros también corren peligros en el desempeño de su profesión, por ello quise saber por medio de Liudmila si hubo algún momento especial en esa labor.

“No vi nada de eso. Aprecié la naturalidad con que la gente estuvo evacuada en una cueva, como si estuviera de excursión, durmiendo en el piso, los niños jugando, hasta las mascotas estaban recogidas.

“Hubo un momento en que en medio del azote del huracán salí afuera junto a mis colegas para hacer algunas fotos de las olas y el impacto del viento; este era tan pero tan fuerte, que el chofer nos dijo que había que irse ya, o el carro no aguantaría. Corriendo y empapada me monté en el “yipi”, y era tan intenso el viento que tuve que ponerme dura o me tumbaba. No obstante, fue una experiencia inolvidable. Hacer la cobertura de un huracán es una escuela”.

Sobre las relaciones profesionales entre colegas, en momentos en que se requiere solidaridad, ayuda y recomendaciones,  Abdiel toma la palabra:

“En una situación excepcional como esta, lo más importante no debería ser nunca dar el palo periodístico, la excepcionalidad supone también compartir datos, capas, transporte, hasta un pan con queso para ser dividido entre tres. En estas condiciones, lo vital es apoyarse, darse la mano, rectificar una información si no estamos seguros de su total veracidad con los colegas que comparten contigo la misma experiencia”.

Al respecto, Liudmila agrega, “Te puedo asegurar que si no hubiese sido por la solidaridad entre colegas, lo más seguro es que no hubiera podido hacer mi trabajo, primero porque no dispongo de medio de transporte y en este caso, Germán Veloz, el corresponsal de Granma, fue incondicional conmigo, hasta el punto de decidir ir a la cueva donde estaban muchas personas evacuadas para que yo tuviera las historias que me había pedido mi periódico.

“Eso muestra mucho del compañerismo y la solidaridad del periodista. Igual con Aroldo García, de Radio Rebelde, con quien compartimos datos e intercambiamos criterios antes de dictar por teléfono los trabajos. Después, la directora de la emisora La Voz del Atlántico nos dio una muestra de humanismo y de responsabilidad tremenda cuando salió de cabina para prestarnos su computadora para que enviáramos las fotos para La Habana, incluso estando en una transmisión en vivo.

“Con la televisión, entonces, fuimos nosotros quienes colaboramos, porque ellos estaban en otros sitios y llegaron a Gibara después. Les brindamos todos los datos que ya nos había dado el Consejo de Defensa Municipal.

“Entre Abdiel y yo intercambiamos información: él me decía lo que pasaba en el resto de la provincia y yo le pasaba información y fotos de Gibara. Nosotros también trabajamos en equipo. Así es la mayoría de nuestra gente por acá. Lo importante no era quién salía primero, sino que la noticia llegara rápido y bien, la diera quien la diera”.

Después de todo, el huracán Irma quedará para ambos como una rica experiencia como profesionales de la prensa al garantizar la información al pueblo a tiempo completo en situaciones de peligro para el país.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *