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Un legado de Fidel: La hora de los hornos

En esto días de meditación a la que nos convoca la abrupta muerte de Fidel, como paliativo urgente a su ausencia física, y que tiene que derivar en ser mejores patriotas –donde quiera que estemos- encontramos en sus enseñanzas, accionar y ejemplos mucho, muchísimo, de que nutrirnos.castro_fidel_2

Forma parte de ella, como acto reflejo al pensar en Fidel, volver a José Martí, ese guía fundacional de una obra monumental que inspiró al siempre Comandante en Jefe.

Así llego a una expresión que se aviene a este instante de tan hondo impacto emocional, extraída de una carta del Apóstol del 5 de diciembre de 1891, al entonces director de El Yara, de Cayo Hueso, José Dolores Poyo, desde el New York que hoy cobija a un ya declarado enemigo de Cuba y su Revolución.

Me refiero a una valoración insertada en un virtual llamamiento a la unidad “no ya en la aspiración retórica, sino en la obra sagaz y urgente, en la obra que ha de inspirar fe y cariño al país, en la obra de previsión y ordenamiento, de juicio amplio y acción cordial”.

Martí convocaba en ella a “todos los que tienen un pecho con que arremeter, y mente para ver de lejos, y manos con que ejecutar. Y sin recelos y sin exclusiones. Y sin olvido de lo verdadero y de lo justo. Y sin antipatías tenaces. Es la hora de los hornos, en que no se ha de ver más que la luz.”

En lo que él llamó “las necesidades patrias” hay que pensar, aún cuando no sorprende que los adversarios de la Revolución disfruten con nuestras penurias, ni que los confundidos o emponzoñados de ánimo por una propaganda sistemática o por sus estrechos intereses sean incapaces de reconocer virtudes y logros y se empeñen en resaltar, exagerar e incluso inventar errores, insuficiencias y deficiencias.

Aún cuando los frustrados y amargados por prebendas perdidas, o por ignorantes, o por sueños egoístas tronchados, o delitos castigados o incapacitados para seguirlos cometiendo aquí, en su país de origen que ya dejó de ser su Patria,  rían cuando nosotros lloramos, tenemos que fortalecernos más en la misión martiana de construir una sociedad “con todos y para el bien de todos”, aspiración que encarna uno de los grandes legados de Fidel.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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