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Crítica en la cultura: ¿Salir o quedar en el laberinto?

Foto: Jorge Valiente
Foto: Jorge Valiente

La periodista Sahily Tabares acaba de coronar un Doctorado en Ciencias sobre Arte que, a esta altura de su larga trayectoria profesional, bien podría regalarle el seudónimo de Ariadna, un nombre que se ajustaría muy bien a la medida de sus indagaciones.

Si el personaje mitológico con un ardid consiguió que su amado Perseo entrara y saliera del laberinto cretense tras doblegar al temido Minotauro, la colega de la revista Bohemia investigó en materiales de una década en busca de luces guías para fijar mejores y más certeros rumbos.

¿Acaso parte de la crítica cultural y algunos entre quienes la practican hoy en día en la prensa cubana, no quedan atrapados solo en los trazados laberínticos de las palabras?

Habría que ver cuántos entran o intentan hacerlo, avanzan, vencen y retornan de esos espacios, con el trofeo en alto por haber llegado con claridad y los requerimientos necesarios a los destinatarios de los mensajes.

De ahí que resulté atinado escuchar o seguir de cerca lo que la Tabares refiere a la manera de los consejos que se dan entre amigos o compañeros de bregar, brindados sin tonos altisonantes tras aquel día cercano cuando en la capital abandonó la Academias de las Artes, con una de sus mejores sonrisas de la vida.

Atrás quedaban la presión incisiva de los académicos, esfuerzos y sacrificios, noches interminables, buceo en montañas de documentos…y un largo título para no olvidar: La crítica cultural sobre las ficciones audiovisuales en periódicos y revistas entre 1995 y 2005.

ESPADAS CONTRA FRIVOLIDAD

¿Qué conclusiones se derivan de su indagación y cómo recomendaría insertarlas a favor del periodismo ético que se reclama en estos momentos? ¿En el orden personal, qué significa para ella escalar hasta el punto del Doctorado en medio de las exigencias de los cambios que asume y necesita la profesión?

Ahora, con un prolongado y sistemático ejercicio crítico de muchos años desde las páginas de Bohemiay la frescura académica, va desgranando sus conceptos:

“La lucha que nos convoca en la actualidad es cultural, tenemos que ser resistentes, creativos, urge revolucionar los procesos educativos, sociales y artísticos de amplia influencia en los espectadores y en su percepción de los medios de comunicación, pues vivimos en un mundo de manipulación y frivolidad, de mediocridad y consumismo, en el que se multiplican las pantallas vertiginosamente y, a su vez, el ritmo acelerado de crecimiento de las ciencias impone una rápida obsolescencia de saberes diversos que nos conmina al cuestionamiento de antiguas y nuevas interrogantes.

“La crítica cultural se hace desde la cultura, la ética y la inteligencia creadora. La investigación realizada patentiza que faltan intercambios y apropiaciones con diferentes disciplinas y especialidades que a la crítica cultural corresponde conocer, pues cimentan, estructuran y condicionan el desarrollo del relato ficcional. Relato que, en cualquier caso, refracta los estratos de imaginarios artístico-culturales y de la sociedad en general, tanto del producto ficcional como de la recepción de los públicos y por tanto no se consigue siempre un nivel hermenéutico y de argumentaciones decisivo por su dimensión gnoseológica, que nutren el conocimiento y la reflexión”.

¿QUÉ MALES ASEDIAN?

Con una aguda mirada dialéctica, a juicio de Sahily el acto de “vigilancia” crítica no requiere la adscripción a una metodología única, preconcebida, sin mutación, pues existen diferentes formas de contar y concebir el acercamiento analítico a un relato ficcional en el que participan técnicos, artistas y directivos desde particulares experiencias, preparación y maneras de concebir la historia y su representación en la pantalla.

De su tesis, aprobada con el más elevado aplauso de los académicos, se desprenden recomendaciones que habría que resumir así: fomentar el acercamiento científico a la crítica cultural sobre las ficciones audiovisuales desde el análisis, la valoración y la interpretación teniendo en cuenta fundamentos teóricos, culturales y artísticos, desde una metodología dialéctica materialista y un enfoque transdisciplinario en correspondencia con la actualidad de nuestra cultura y nuestra sociedad.

Y Sahily, como Ariadna, también sabe usar ardides. Cuando se le interroga directamente de estos aires triunfales en el orden personal y profesional, se monta en las palabras de su sencillez y modestia de siempre y escapa veloz de la primera persona.

“ El doctorado ha significado un proceso de crecimiento y entendimiento de la vida y la sociedad, lo cual involucra la más amplia acepción del concepto cultural. No es un alto en el camino ni un punto ni una meta a la que era preciso llegar, sino otro paso en el proceso de crecimiento mencionado.

“ Hay que estudiar, estudiar y estudiar, solo el estudio, la reflexión individual y colectiva, nos permitirán responder a las exigencias de cambios que asume y necesita nuestra profesión. El saber no se improvisa, requiere estudio, preparación, disciplina, y una mirada holística a los procesos culturales, políticos, sociales y artísticos. La ignorancia, la improvisación, la opinión epidérmica, son males que impiden el proceso de crecimiento y entendimiento de la vida y de los cambios que ocurren actualmente en Cuba y en el mundo”.

Sí, con esas armas se puede embestir al Minotauro y encontrar caminos seguros para no quedar perdidos o extraviados en el laberinto que a veces se nos puede antojar la crítica cultural.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba